dilluns, de febrer 23, 2009

Dios habita en el cerebro

REPORTAJE

Dios habita en el cerebro

Hallazgos neurocientíficos explican por qué el hombrese refugia en las religiones

JAVIER SAMPEDRO 23/02/2009

El Dios de Abraham era justo, inapelable, incorruptible, trascendente, omnisciente, omnipotente, omnipresente y omnibenevolente. El cristianismo antiguo se centró en la pericoresis o fusión de tres personas en una sola entidad divina. Para la vía negativa de Maimónides sólo nos es dado discutir sobre lo que Dios no es. El Todo de los herméticos es más complicado que la suma de cuanto existe, y el Buda puso el énfasis en la liberación del sufrimiento en la tierra. Vista así, la religión tiene poco de universal.

Pero los experimentos han hecho aflorar una capa subyacente más simple. Por ejemplo, los psicólogos cuentan a grupos de voluntarios una historia en la que Dios atiende a cinco problemas a la vez. Los creyentes de cualquier confesión monoteísta aceptan la narración con naturalidad, puesto que Dios tiene sobrados poderes cognitivos para ello. Pero si se les pide recordar la historia un rato después, casi todos cuentan que Dios atiende los cinco problemas uno por uno: su subconsciente ha humanizado al omnipotente Dios de la doctrina.

La investigación reciente en psicología cognitiva, neurobiología y antropología cultural ha revelado que la mayoría de los creyentes, sea cual sea su culto, tienen interiorizado un modelo extremadamente antropocéntrico de Dios. No sólo posee una figura humana, sino que utiliza los mismos procesos de percepción, razonamiento y motivación que las personas. Las creencias explícitas sobre la divinidad son muy distintas entre religiones, pero los supuestos tácitos son casi idénticos en la mayoría de las personas.

La característica central de cualquier religión es un núcleo de creencias sobre agentes no físicos. Este tipo de "conceptos sobrenaturales" -que también aparecen en la fantasía, los sueños y las supersticiones- está muy condicionado por nuestro conocimiento del mundo real. Un espíritu es un tipo de persona, sólo que atraviesa paredes. Dios comparte esas limitaciones dentro de la cabeza de los creyentes.

Más en general, las creencias subconscientes de la gente religiosa de cualquier credo son extraordinariamente parecidas: los agentes sobrenaturales ejercen una vigilancia permanente del comportamiento moral de la persona, con acceso instantáneo a sus pensamientos y deseos más íntimos. Los creyentes de cualquier culto también albergan creencias sobre la existencia y las propiedades de esos agentes sobrenaturales, y suelen guardar símbolos o amuletos que los representan, y celebrar rituales en su nombre. Cada grupo social suele atribuir a esos agentes su sistema moral, y su propia cohesión social.

Los científicos cognitivos han reunido muchas evidencias de que esta especie de religión natural se enraíza en cualidades humanas universales -como la capacidad para simular relaciones con personajes ficticios- que no son específicas de la experiencia religiosa, sino una consecuencia de tener el cerebro más desarrollado, y las estructuras sociales más complejas y estables, que han evolucionado en ninguna especie animal de este planeta.

"El pensamiento y el comportamiento religioso pueden considerarse parte de las capacidades naturales humanas, como la música, los sistemas políticos, las relaciones familiares o las coaliciones étnicas", dice Pascal Boyer, de la Universidad de Washington en Saint Louis. Boyer ha publicado en el último año dos trabajos de referencia sobre la evolución cognitiva de la religión (Nature 455:1038; Annual Review of Anthropology 37:111).

El filósofo Daniel Dennett sostiene que los cerebros animales han evolucionado a través de tres fases. El comportamiento de las criaturas darwinianas está determinado genéticamente. Las criaturas skinnerianas (por el psicólogo conductista norteamericano B. F. Skinner) disponen de una gama de comportamientos, pero despliegan uno u otro al azar. Los humanos somos criaturas popperianas (por el filósofo de la ciencia Karl Popper). Una criatura popperiana hace lo mismo que una criatura skinneriana, pero sólo dentro de su propia cabeza, como una serie de simulaciones mentales.

El ingeniero de la Universidad de Michigan John Holland, padre de los algoritmos genéticos, asegura que "la verdadera esencia de una ventaja competitiva, sea en el ajedrez o en la actividad económica, es el descubrimiento y la ejecución de jugadas en un escenario ficticio". Y entre las principales jugadas que tenemos que simular los humanos, desde la más tierna edad, están las situaciones sociales ficticias.

"Todos los niños entablan relaciones sociales importantes y duraderas con personajes de ficción, amigos imaginarios, familiares desaparecidos, héroes invisibles, novios figurados...", dice Boyer. La práctica constante con ese tipo de "agentes no físicos", de hecho, puede explicar parte de la extraordinaria destreza social de nuestra especie, muy superior a la de los demás primates. Y desde ahí, el científico de Washington sólo ve un pequeño paso hasta otros "agentes no físicos" como espíritus, dioses y demonios, "intangibles pero implicados socialmente".

Los agentes sobrenaturales son a menudo la fuente de la moral para las personas religiosas, y también sus vigilantes omniscientes, esto es, que basta con pensar en algo pecaminoso para que se den por enterados. Ésta es otra de las creencias más generales entre los fieles de cualquier culto.

La psicología experimental indica, sin embargo, que los niños comprenden los imperativos morales básicos, como los relativos al trato justo y al daño a sus semejantes, desde que están en edad preescolar. Eso es antes de que puedan comprender esos conceptos abstractos y con independencia del entorno religioso en que se obtengan los datos. La neurobiología, por otro lado, ha revelado nexos muy relevantes entre los juicios morales y algunas de las emociones humanas más básicas y universales.

Uno de los nodos centrales de la red emocional del cerebro es el córtex prefrontal ventromedial (VMPC). Los pacientes que tienen destruida esa zona del córtex muestran una disminución general en su capacidad de respuesta emocional y una marcada reducción de las emociones sociales -como la compasión, la vergüenza y la culpa que están estrechamente relacionadas con los valores morales-.

El VMPC es muy conocido por los neurólogos desde el 13 de septiembre 1848, cuando una explosión accidental disparó una barra de hierro de un metro de largo y seis kilos de peso exactamente hacia esa zona del cerebro de Phineas Gage, el capataz de una cuadrilla de trabajadores del ferrocarril. Sobrevivió, y sin daños en la capacidad del lenguaje ni en otras funciones intelectuales. Pero como dijo poco después un amigo suyo: "Este hombre ya no es Phineas Gage".

Todos los graves defectos que muestran estos pacientes se refieren a la respuesta a los estímulos emocionales o a la regulación de los propios sentimientos. Sus capacidades de la inteligencia general, de razonamiento lógico y de conocimiento de las normas sociales y morales están intactas.

Según el neurólogo Antonio Damasio, premio Príncipe de Asturias, muchas reacciones morales aversivas son una combinación del visceral rechazo a ciertos actos (matar a alguien, por ejemplo) y de la compasión instintiva por otro ser humano. Damasio cree que las emociones no sólo se asocian a los juicios morales, sino que son cruciales para elaborarlos.

"Aunque los creyentes suelen atribuir su moralidad a un agente sobrenatural", dice Boyer, "los modelos cognitivos indican todo lo contrario: que nuestros sentimientos morales son reclutados para dar verosimilitud a las nociones morales de la religión".

Los ritos religiosos también parecen muy distintos entre unas culturas y otras, pero todos pertenecen a una clase de "comportamientos rituales" constantes en la especie humana. Los ritos se basan siempre en alguna secuencia de actos arbitraria, obligatoria, ejecutada en un orden rígido, desligada de un objetivo práctico obvio y repetida muchas veces. También implican a menudo el uso de números, colores llamativos y símbolos de la pureza, el orden o la simetría.

Nuevamente, estos comportamientos rituales son un tema común en el desarrollo infantil: por ejemplo, cuando un niño sólo puede andar por la acera pisando las baldosas rojas, o tiene que subir el primer peldaño de su portal antes de que se cierre la puerta de la calle. Los niños suelen asociar estos rituales a unas vagas nociones de purificación y protección del peligro. Cuando estos sistemas se pasan de revoluciones, ocurren los trastornos obsesivo-compulsivos.

"Sabemos que el cerebro humano tiene redes de seguridad y precaución dedicadas a prevenir peligros como la predación", dice Boyer. "Las aserciones religiosas sobre la pureza, la suciedad y el peligro oculto de los demonios al acecho estimulan esos mismos sistemas, y hacen que las precauciones rituales resulten intuitivamente atractivas".

La crítica científica de la religión se ha centrado hasta ahora en argumentos racionales. El astrofísico Carl Sagan, por ejemplo, escribió: "¿Cómo es que apenas ninguna religión ha mirado a la ciencia y ha concluido: '¡Esto es mejor que lo nuestro! El universo es mucho mayor de lo que dijeron nuestros profetas, más sutil y elegante?".

"Hay quien tiene un concepto tan amplio de Dios que no hay forma de evitar que lo acabe encontrando en cualquier parte", afirma Steven Weinberg, físico teórico y premio Nobel. "Si quieres decir que Dios es energía, lo puedes hallar en un montón de carbón".

El diseñador inteligente

La campaña Probablemente, Dios no existe de los autobuses se gestó en Londres en el pasado otoño, y uno de sus grandes promotores fue el biólogo Richard Dawkins (Universidad de Oxford). Él es, posiblemente, el autor de divulgación más popular de los últimos 30 años, pero su gran éxito editorial no es un libro de ciencia sino de religión: El espejismo de Dios, publicado en 2006 y traducido a 31 idiomas.

En los años ochenta, Dawkins aplicó las ideas de la selección natural darwiniana a la propagación de los modelos culturales. Las ideas serían memes (en vez de genes) que se replicarían de boca en boca y competirían entre sí por el éxito reproductivo. Las ideas religiosas, que por definición no deben demostrarse, serían memes de alta propagación.

Dawkins, como otros científicos, también desarrolla en El espejismo de Dios una refutación racional de la teología natural. Esta corriente teológica, que sedujo tanto a Darwin como al propio Dawkins en la juventud de ambos, deduce la existencia de Dios a partir de la complejidad de sus criaturas, y sigue siendo el gran argumento detrás del diseñador inteligente del creacionismo norteamericano. Pero un diseñador inteligente, aduce Dawkins, debe ser aún más complejo que las criaturas a las que pretende dar explicación, luego no les da ninguna.

Son argumentos más bien abstractos. La escuela evolucionista que representa Pascal Boyer, por el contrario, ha presentado evidencias de que el pensamiento religioso es la "línea de menor resistencia" de nuestro sistema cognitivo. "La incredulidad suele ser el resultado de un esfuerzo racional deliberado contra nuestras predisposiciones naturales", concluye Pascal en Nature, "lo que no es la ideología más fácil de propagar, precisamente".

dimecres, de febrer 18, 2009

What's Your Medieval Profession?




You Are a Playwright



You are a highly literate wordsmith. You love both reading and writing.

You are also a natural storyteller. You can turn a mediocre anecdote into a riveting tale.



You find people and all aspects of life fascinating. No topic is off limits for you.

In modern times, you would make a good filmmaker or novelist.

divendres, de febrer 13, 2009

Angúnia

Angustia. Esta noche he visto una película mexicana, tal vez más pretenciosa que lograda, sobre los devenires trágicos, del amor de un muchacho hacia otro muchacho que pobremente conoció. Empecé a pensar, a recordar. A explorar la ciudad de México (mentalmente). Cómo los ambientes sórdidos de las estaciones que se observan en la cinta son tan parecidos a los que tengo que cruzar, 1, 5, 10 veces por semana. Acto seguido, me senté frente a mi compu, y volví a un proyecto personal, neurótico. El de 1977. Nací en 1977. Desde hace un par de años me pregunto, ¿qué estamos haciendo los de la generación del '77? ¿Cuántos han muerto ya? ¿Quiénes son las estrellas fulgurantes? ¿Quiénes son los sueños rotos de dicho año? ¿Dónde viven? ¿Para quién viven? Son preguntas que me atormentan de cierta manera, cuando estoy en el metro, cuando voy por la calle, cuando me encuentro en una clase aburrida y sin chiste, cuando me miro al espejo. Y ya le bajé a la histeria, porque antes me preguntaba, ¿dónde están los novohispanos? ¿qué queda de ellos? Imagínense, todavía peor. El pasado. El pasado me fascina, pero me hace sufrir enormemente, quizás no tanto por mí mismo, sino por el modo en el que lo reconstruyo en mi cabeza.

dissabte, de febrer 07, 2009

25 Random Tips for the Busy Facebook User

February 7, 2009, 11:16 am

25 Random Tips for the Busy Facebook User

Here is a Saturday contribution to The Lede from Amy Harmon, a national correspondent for The New York Times, who won a 2008 Pulitzer Prize for her series, “The DNA Age,” but joins us today to help address a new national, and international, crisis.

As anyone who has read or written one of the several million lists of “25 Random Things About Me’’ posted on Facebook knows, the things may number 25, but rarely are they random.

Like the social networking site itself, the latest Facebook fad appeals because it “lets you present yourself to the world in the way you want people to perceive you,’’ said BJ Fogg, who directs the Persuasive Technology Lab at Stanford University and is writing a book about the psychology of Facebook.

The “25’’ instructions, distributed in a kind of chain-mail message, bid recipients to “write a note with 25 random things, facts, habits or goals about you’’ that can be viewed by any of your Facebook friends. Then you must “tag’’ 25 others with the same fiat.

Some Facebook critics condemn the activity – or even commenting on it — as an exercise in narcissism. Others say the Facebook-fueled disclosures draw far-flung friends closer than they ever would be otherwise and, sometimes, make for a good laugh.

It does seem to beat sending each other pretend cocktails (another preoccupation of Facebook’s 150 million users). But most everyone agrees it is taking up an inordinate amount of time. “People,’’ said Dr. Fogg, “are thinking very carefully about their lists.’’

The more popular your Facebook persona, the logic goes, the more you will be able to get your Facebook friends to read your blog or buy your book or support your cause. But crafting one is a delicate process, especially condensed in list-form.

How to exalt your achievements while appearing humble? How to convey your essential originality while coming off as reassuringly familiar? How to illuminate without oversharing?

A Times analysis of 2.5 million lists (okay, maybe more like six or seven) yielded the following formula for the perfect list, which we offer in the interest of – well, which we offer, anyway, in case someone wants to read it.

1. Say that you hate things like this, and are doing it only to get the (oh, so many) friends clamoring for your list off your back.

2. Describe “embarrassing” high school incident that makes you look cool.

3. Confess to crush on a) third-grade teacher b) obscure indie actor or actress c) your significant other, especially if he or she is on Facebook.

4. Identify real, but minor, flaw.

5. Identify major flaw by suggesting how it may also be major virtue.

6. Cite mean nickname you were given as a child.

7. Follow with offhand mention of receipt of high professional honor or athletic or artistic achievement.

8. Describe meeting a celebrity and how it a) disillusioned or b) thrilled you or c) if it’s a really good celebrity just the name will do.

9. Mention small adversity, like long commute or annoying neighbor, and the unexpected, preferably funny, way you overcome it.

10. Cite an actual random thing that comes to mind while writing this list.

11. “Admit” that you always identified with weird ancillary character on popular TV show in 7th grade, as if you didn’t know that everyone in retrospect agrees that was the best character.

12. Expose something genuine and poignant about yourself, such as untimely death of close relative or rare genetic condition.

13. Express heartfelt thanks to friends or family for helping you through #12, or just for being there, or whatever.

14. Conclude sentimental portion of list by citing the scene in movie X that always makes you cry. Could also be a lyric, or a memory, so long as it involves crying.

15. Something about drugs.

16. Tell a story of how you stood up to authority. Dwelling on descriptive details can help it not seem like you are making yourself out to be a hero even though you are.

17. Recount a dramatic moment, like having your heart broken or getting arrested, but withhold details, forcing readers to ask for them in your “comments’’ section. In case you didn’t know, comments equate to status on Facebook even more than number of friends.

18. Make one up.

19. Say “one of these is completely made up.”

20. If you have kids, a) cite weird names you wanted for them and how your more rational, if less creative, spouse rescued them from a lifetime of torture,

21. and/or b) relate story that appears to expose your inept parenting while in fact highlighting their precocious brilliance. If you don’t have kids, relate a cute anecdote from your early life to show everyone that you’re still a kid at heart.

22. If you have a pet, you have one item only through which to convey its superlative nature. If you don’t have a pet, talk about how much you yearn for an obscure breed of cat/dog/reptile or, alternatively, how much you hate animals and the people who love them.

23. Something about parents.

24. Name skill that you are proud of by recounting unexpected way you acquired it.

25. Close with the unusual: a) recount a genuinely traumatic event you witnessed or b) name an exotic location that is your favorite place on earth or c) cite a dubious world record that you performed.

26. This is important: Do not add “bonus” items.

Any readers who want to contribute to our effort to help Facebook members finally stop obsessing over their 25 Random Things lists are encouraged to post suggestions below.
Justificar a ambos lados
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