dijous, de gener 28, 2010

Medal Predictions For Vancouver 2010

¿Será?

The Vancouver Games

In Depth: Medal Predictions For Vancouver

William Heuslein, 01.19.10, 01:20 PM EST

Economist Daniel Johnson says Canada will be the big winner at the Vancouver Games. He's been right before.


For the 2010 Winter Games, Daniel K.N. Johnson, the Gerald L. Schlessman professor of economics at Colorado College, has only made estimations for the countries that he thinks will win 10 or more medals. Here are his predictions for the 2010 Winter Olympics in Vancouver, along with the medals won by these same nations at the 2006 Winter Games in Torino.

NationPredictions for 2010Actual in 2006
Total MedalsGold MedalsTotal MedalsGold Medals
Canada275247
United States265259
Norway264192
Austria254239
Sweden244136
Russia238228
Germany2072911
Italy193115
Finland14480
Switzerland134145
China122112
South Korea114116
Netherlands10393
Source: Daniel K.N. Johnson, Gerald L. Schlessman professor of economics, Colorado College.

dimecres, de gener 20, 2010

México al grito de Haití

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Mexico/grito/Haiti/elpepuint/20100120elpepuint_5/Tes

TRIBUNA: RAYMUNDO RIVA PALACIO

México al grito de Haití

En la solidaridad con los haitianos, surge lo mejor de los mexicanos, pero también con ello expiamos culpas

RAYMUNDO RIVA PALACIO 20/01/2010

La mexicana es una sociedad de dos caras. Muy cálidos de dientes para afuera, muy cerrados en lo más privado. Sibilinos, nos encanta decir mentiras con una sonrisa, y respondernos con la misma intensidad sabiendo todos que lo que decimos no es verdad. Si vemos a alguien que no ha cruzado por nuestra mente en largo tiempo, lo saludamos con efusividad y le decimos cuántas veces hemos pensado en él y cómo hemos querido hablarle muchas veces para verle. Nos responden exactamente en los mismos términos y nos intercambiamos un "veámonos" y un "hablémonos". Sin perder nunca la intensidad en la conversación, quedamos en reencontrarnos inminentemente, lo que nunca sucederá.

Somos mexicanos, los únicos que cuando hablan con alguien y se refieren al domicilio propio, dicen "su casa". Nos desvivimos por hacer sentir al extraño cómodo, estimado y arropado. En el mundo dicen que somos "muy educados" por nuestras formas y códigos sociales, en los que nos mostramos protocolarios a la vez que solemnes. Abrimos los brazos a extraños y les ofrecemos hospitalidad y alimento en donde vivimos. Sabemos que no nos van a tomar la palabra, ni tomar "su casa" como suya, o presentarse a comer aprovechando la hospitalidad que les brindamos. Los mexicanos sabemos que es un acto litúrgico de nuestra cultura que no significa nada; los extranjeros se sorprenden y piensan que nuestra solidaridad es inagotable y somos tan fraternales, que siempre actuamos de buena fe.

En realidad somos egoístas. La solidaridad, la fraternidad, la calidez humana suele detenerse en las puertas de nuestras casas. Para que alguien extraño o lejano cruce su umbral, necesita atravesar numerosas fronteras sociales. Nuestra sociedad opera en círculos, general aunque no exclusivamente socioeconómicos, que suelen ser infranqueables. Para penetrarlos se requiere una especie de patrocinio de alguien que ya pertenezca a esa secta social y que extienda su aval. No hay ingresos espontáneos ni accidentales, aunque sobre la epidermis todo es camaradería, como "hermanos" y como "comadres".

La reflexión viene por nuestros excesos. Con el terremoto en Haití una buena parte de la sociedad se volcó para aportar lo que podían en beneficio de los damnificados de aquella nación, con lo que saturó la embajada haitiana y colmó de alimentos, agua y frazadas la Cruz Roja. Algunas empresas se sumaron a la donación -y promovieron públicamente, por supuesto, su altruismo-, lo cual fue festejado en los medios de comunicación, que también subrayaron la enorme solidaridad mexicana como si fuera una característica de identidad.

Los mexicanos sí somos generosos y nos entregamos, pero efímeramente. Nos unen las tragedias y siempre estamos del lado de los vencidos. Cuando en 1938 se nacionalizó la industria petrolera, hubo filas de cientos de personas esperando llegar a la plancha del Zócalo de la ciudad de México para depositar ahí una pequeña joyita, un poco de dinero, un pequeño bien, y contribuir de esa manera con el presidente Lázaro Cárdenas para pagar las indemnizaciones a las petroleras extranjeras. Cuando México sufrió un terremoto en su capital en 1985, la gente salió a la calle a realizar las primeras acciones de rescate ante el congelamiento e inmovilidad del Gobierno, lo que permitió a los intelectuales festinar como el nacimiento de "la sociedad civil".

Esos son los momentos en que sacamos lo mejor de nosotros, y también expiamos culpas. No somos concientes de nuestros claroscuros, por lo cual difícilmente observamos nuestros rasgos egoístas y sectarios. Menos aún, practicamos la autocrítica. Abrirnos no está en nuestra esencia. Tampoco en nuestra cultura política y concepto ciudadano, tan incipiente todavía que parece inexistente. No somos una sociedad que ejerza su libertad plena hasta el extremo de no afectar a terceros, ni somos una sociedad que entienda que así como hay derechos, también hay obligaciones. Definitivamente, esto de la introspección no se nos da.

Somos epidérmicos y coyunturales. Nuestros objetivos son de corto plazo y nuestras reacciones las dispara la emotividad. En situaciones dramáticas como las que atraviesa Haití en estos momentos, nos desbordamos en el arranque y el ánimo, con una pasión que va disminuyendo conforme se alejan las escenas de drama y lágrimas que tanto nos conmueven. Lo que no vemos, no lo sentimos. Lo que no sentimos, no nos provoca nada.

Nadie dice nada por el trato inhumano y miserable que damos -como colectivo social- a los centroamericanos que atraviesan México en busca de una puerta para Estados Unidos y jamás ha sido escándalo que la autoridad responsable admita que la corrupción ha contaminado su oficina. Tampoco es tema que haya un infeliz mexicano que purgue una pena de varios años en la cárcel porque, presa del hambre, robó una pieza de pan. No parecemos una sociedad comprometida con las causas, sino motivada por la moda. Somos caritativos porque no creemos, en el fondo, en la justicia.

Así somos, no de ahora, sino de siempre. No somos inhumanos; simplemente individualistas y sectarios. Si lo aceptamos seremos congruentes. No tenemos que pretender lo que no somos. Claro, si construyéramos una sociedad que dejara atrás sus características sibilinas, que no funcionara como secta, que lo que dijera fuese lo que sintiera, que respetara y se hiciera respetar, que no pensara sólo en la solidaridad sino que presionara a quienes tienen el poder de cambiar para buscar un modelo que redujera las diferencias y la desigualdad, quizás sería una sociedad mejor. Eso no lo sabemos. De lo que sí podemos estar seguros es que si eso fuéramos, no seríamos mexicanos.

dilluns, de gener 11, 2010

Uff, qué fuerte....

Israel's 10 worst errors of the decade

By Bradley Burston

In the Mideast, dreams can only end badly. Not because messianic messages are, in and of themselves, bad dreams, but because of the nature of this place, the history which is as much imagination as it is record, as much sacred hallucination as it is shared memory. And because the dreamers of this place fail again and again because they are under the illusion that they are realists.

The decade just passing is one in which Middle East dreams came to die. It began, appropriately, with an Israeli leader who saw his place in history as dependent on imposing a peace plan on the entire Arab world, and a Palestinian icon who saw his place in history as dependent on saying no.

In no decade of the modern Middle East has the roll of failure been so democratic. The titans Arafat and Sharon fought their battle to the death, and both lost. Bill Clinton, Ehud Barak, Hassan Nasrallah, Ahmed Yassin, hilltop youth, Al Aqsa Martyrs, Yossi Beilin, the Yesha Council, even Jimmy Carter - all dreamed Icarus dreams and realized, only too late, that in the brilliant sun of the Holy Land, wings of feathers and wax reveal their true selves, which is to say, nothing more than feathers and wax.

It was a decade framed by a fundamentalist Palestinian belief in salvation through suicide and a fundamentalist Israeli belief in salvation through brutality.

The decade ends as it began, clueless, hopeless, exhausted. For having lived through this, we are, all of us, somehow much more than 10 years older, yet none the wiser. In fact, what passed for our wisdom had died with our dreams. Socialist collectivism, rabid Revisionism, Reagan-Thatcher neo-conservatism, none of them has anything to teach us.

The Palestinians are ideological orphans as well. Ten years ago, they were promised that the armed struggle would cause the Jewish state to collapse like a spider's web. Ten years ago, they might have had a state of their own. Now they can barely breathe.

For both peoples, the lessons of this decade are unbearable. No Greater Israel, no Peace Now, no Wholly Palestinian Palestine, no Two State solution. Perhaps this is truly what the messiah has decided to settle for: a situation in which every single inhabitant of the land is unhappy to the same extent.

In this regard, there is perhaps no better time than this to review Israel's 10 Worst Mistakes of the Last 10 Years:

1. The Siege of Gaza - The stated goal of the siege was to undermine Hamas and to goad Gazans into rejecting Hamas rule. The effect of the siege has been to focus and intensify Palestinian anger against Israel, increase Gazans' dependency on Hamas social welfare arms, enrich Hamas coffers through tunnel taxation and foreign donations, and sap Palestinian support for Fatah, which, through its back-channel encouragement for the siege, is seen as a betrayer and a boot-licker in the eyes of many Palestinians.

2. The Siege of Gaza - The blockade was ostensibly a means to stem the influx of weaponry into Gaza. In practice, with shipments the size of automobiles flowing through the tunnels, the Hamas arsenal has grown ever more sophisticated, now believed to include Iranian-manufactured rockets capable of striking Tel Aviv and Ben-Gurion Airport from the Strip.

3. The Siege of Gaza - In the eyes of the world community, the overwhelming collective punishment - and the relative silence of Israelis in response - has gutted Israeli claims to the moral high ground. It has undercut sympathy for Israelis living within Qassam range. It has kept open the moral wounds of the Gaza War, cramping rebuilding efforts, enshrining universal unemployment, and ensuring agonizing homelessness as the coastal winter gathers full force. Israeli officials have quietly take steps of astounding insensitivity, arbitrarily barring such goods as school supplies.

4. The Siege of Gaza - The siege has been presented in the past as a means of pressing Hamas to release Gilad Shalit. Not only does he remain captive, the terms of a prospective deal appear not to include lifting the siege. The siege has been presented in the past as a means of pressuring Gazans to end rocket fire. But rocket fire only increased after the siege was put in place. Finally, Cast Lead, the Gaza war a year ago, might have been prevented altogether, had Israel adhered more closely to the Egyptian-brokered Hamas-Israel truce agreement of June, 2008, and lifted the siege more completely in response to a drop in rocket fire.

5. The Siege of Gaza - The siege works to the detriment of U.S. support for Israel. In February, Secretary of State Hillary Clinton signaled anger at Israel over obstacles to humanitarian aid entering the strip. The message came soon after Senate Foreign Relations Committee Chairman John Kerry, visiting Gaza, learned that Israel had blocked shipments of pasta, ruling it off the list of permitted humanitarian aid items.

6. The Siege of Gaza - The fact that the siege has failed so completely in achieving its stated aims, reinforces the impression that its real purpose is punitive.

7. The Siege of Gaza - The siege places Israeli officials in jeopardy of being charged with violating the Fourth Geneva Convention and other international codes, as outlined in detail in the Goldstone Report. Referring to the siege, paragraph 1335 of the report states that: "From the facts available to it, the Mission is of the view that some of the actions of the Government of Israel might justify a competent court finding that crimes against humanity have been committed."

8. The Siege of Gaza - With the siege under the direct aegis of Defense Minister Ehud Barak and his deputy, Matan Vilnai, the moral failings of the siege could prove the coup de grace to an already foundering Labor Party.

9. The Siege of Gaza - The siege threatens to destabilize the rule of Hosni Mubarak in Egypt, posing a potential threat to Israeli-Egyptian peace and Israeli security.

10. The Siege of Gaza - The siege corrupts the moral values of all Israelis, who, whether or not they are aware of what is being done to the people of Gaza, bear ultimate responsibility for all acts being carried out in their name.

diumenge, de gener 10, 2010

Ahora resulta que todo mundo está a la labor de cambiar el canon...

REPORTAJE: Vida&artes

Cada museo escribe su historia del arte

El Victoria&Albert reordena su colección para proponer una nueva mirada a la Edad Media - El Reina Sofía, la Tate Modern y el Pompidou reinventan los cánones del siglo XX

ISABEL LAFONT 10/01/2010

La historia del arte ya no es un dogma inmutable. En el siglo XXI, museos de todo el mundo se enfrentan a la necesidad de redefinir periodos, recuperar artistas olvidados, bajar a otros de su pedestal... Cánones que parecían incuestionables dejan de serlo y surgen así voces que hablan desde puntos de vista que nunca antes la historia oficial había tenido en cuenta.

El Victoria&Albert londinense ha sido el último en anunciar una nueva lectura de la historia. Tras una reforma de 30 millones de euros y siete años de trabajo, una nueva ordenación del periodo que abarca desde el año 300 después de Cristo hasta el 1600 se aparta de la visión oscurantista del medievo como antítesis del luminoso Renacimiento para mostrar, en su lugar, una transición fluida a lo largo de esos siglos.

Pero si hay un campo en el que proliferan las revisiones históricas, ése es el del arte contemporáneo. Y el Museo Reina Sofía, con Manuel Borja-Villel como paladín, se ha colocado en el centro de esta tendencia. El pasado mayo, Borja-Villel presentó La colección reescrita, un nuevo montaje del millar de piezas que exhibe el centro según un ideario que se aparta de la cronología lineal y de las salas dedicadas a un solo artista. Una historia del arte escrita con una "nueva cartografía", según Borja-Villel, porque ya no sólo se centra en Europa y Estados Unidos, sino que recupera artistas y movimientos de otros lugares, como Latinoamérica.

El museo español no es el único que se aparta de la historia del arte moderno y contemporáneo que se impuso desde el MoMA después de la II Guerra Mundial. El Centro Pompidou, templo de las vanguardias del siglo XX, y la Tate Modern también quieren reescribir lo que en décadas se ha tenido como canon indiscutible. Tras declarar que el modelo MoMA "está finiquitado", Borja-Villel se ha propuesto "escribir la historia del arte del Sur". El primer torpedo que lanzó fue pedir al Museo del Prado 16 grabados de Goya de las series Los caprichos, Los desastres de la guerra y Los disparates, porque es donde empieza la modernidad, en el caso del arte español, según el director del Reina Sofía. Esa superposición de narraciones no sólo se refiere a la cronología -que se salta sin miedo- sino al diálogo entre géneros. Por eso, en el apartado dedicado al cubismo, Picasso, Braque y Juan Gris conviven con esculturas africanas, con una grabación de la Danza sinuosa de Loïe Fuller y con la película de Buster Keaton, One week. "No podría entenderse el cubismo sin el arte africano y sin el cine", dice Borja-Villel.

María García Yelo, directora de Arte Moderno y Contemporáneo de Christie's España y ex subdirectora del Reina Sofía, opina que la reordenación, al evitar el orden cronológico estricto, "busca tanto la complicidad como el análisis crítico del observador". El historiador del arte David Pastor también aplaude el reto que se lanza al visitante: "Supone un cambio sustancial en el modo de percibir las obras. ¿Por qué? Porque el modo en el que el público -no especializado- se acerca al museo se verá necesariamente transformado por una propuesta en la que el papel del visitante se tornará en más proactivo y personal. Del academicismo a la visión crítica. De las cosas masticadas a las propuestas abiertas".

"Es otro museo, ha entrado la luz, está vivo", opina María Corral, que dirigió el Reina Sofía entre 1991 y 1994. "Se basa en un criterio más plural que ya no contempla la colección históricamente en el sentido de que hay un centro que se relaciona con las periferias. Ahora hay muchos centros", añade.

La colección del Reina Sofía se distribuye ahora por el edificio Sabatini y por la ampliación de Jean Nouvel. En la segunda planta del primero se encuentran las vanguardias históricas hasta el final de los años treinta: fin de siglo, la España negra (Zuloaga, Gutiérrez Solana) frente a la España blanca (Torres García, Julio González), simbolismo, cubismo, realismo, el Guernica y su contexto, surrealismo y la generación del 27 (Dalí, Buñuel, Lorca). En la planta cuarta de Sabatini están los años cuarenta y cincuenta: "Es lo que pudo haber sido y no fue", explica Borja-Villel. "Fueron el triunfo de la modernidad en el mundo pero en España se paró tras el fracaso de la Guerra Civil. La vanguardia se cortó y esta época queda como una burbuja". Los años sesenta y setenta están en la planta uno de la ampliación, mientras que la cero acoge la creación artística desde la caída del muro de Berlín hasta la actualidad.

Juan Manuel Bonet, que dirigió el museo entre 2000 y 2004, ve luces y sombras en el nuevo montaje. "Me gusta el enganche con Goya. Me gusta el diálogo entre Novell y Medardo Rosso. Me gusta que se enseñe el Transiberiano, de Cendrars y Sonia Delaunay. Me gusta que aparezca en escena Loïe Fuller. Me gusta que vuelva a estar visible Un mundo, de Ángeles Santos, y cerca la cabecita de Rebull. Me parecen muy bien las salas en torno al Guernica. Estupendos también el espacio dedicado a la Escuela de Nueva York, y aquél donde coexisten Gego, Mira Schendel, Lygia Clark y Lygia Pape". En el reverso, Bonet cree que Gutiérrez Solana debería ocupar más sitio y le parece "inaudito" que se haya excluido La tertulia del Café Pombo. Pero Bonet tiene más reservas: "Se ensalza a gran número de nuestros conceptuales, incluidos algunos de quinta. La pintura última se reduce a unos pocos nombres, como si fuera un género en proceso de extinción. No hay cuadros internacionales más allá del de Richter: ni rastro de Katz, Ruscha, Federle o Kuitca. Ausencia de Gursky y demás fotógrafos alemanes. Todo ello coherente con el gusto conceptualista del director, gusto respetable como todos, pero que se nota en exceso, como se nota también en exceso en la programación temporal, escoradísima de ese lado". En el lado de los críticos se sitúa también el especialista en estética José Luis Brea, que considera que los cambios no son tan profundos: "Se trata de una reordenación de la presentación, es decir, de una operación de superficie y sobre lo meramente superficial".

Borja-Villel no está solo en su empeño de reescribir la historia del arte del siglo XX y aportar su grano a la del XXI. Apenas aterrizó Vicente Todolí en la Tate Modern en 2003, puso en marcha un montaje que agrupaba la colección de arte moderno y contemporáneo del museo londinense en torno a cuatro núcleos: Poesía y sueño (surrealismo), Estados de flujo (cubismo, futurismo y vorticismo), Gestos materiales (expresionismo abstracto e informalismo europeo) e Idea y objeto (minimalismo). "No podía ser una ordenación cronológica porque la Tate Modern no es enciclopédica. Engañaríamos al público. Además, hay que dar una visión alternativa, no dogmática u ortodoxa, de la historia del arte que no refleje planteamientos fosilizados. No hay una historia del arte: hay historias del arte", explica Todolí. La presentación del MoMA, asegura, no deja de ser un punto de vista: "Es una historia del arte que no se contemplaría igual desde Suecia o desde Brasil". Para Todolí, todo es susceptible de ser replanteado. Por eso estaba previsto este año estructurar la colección según otros cuatro criterios. Por falta de presupuesto sólo se ha podido sustituir un núcleo, Idea y objeto, por Energía y proceso, en torno al arte povera. Todolí tiene previsto reinstalar la totalidad de la colección en 2012. Un proceso que comenzará en 2011. ¿Cómo? "No partimos de un modelo abstracto. Vamos a la colección y a partir de ahí diseñaremos la estructura".

Pero incluso una institución enciclopédica como el Centro Pompidou se ha embarcado en mostrar otras lecturas del arte contemporáneo. La quinta planta del edificio diseñado por Richard Rogers y Renzo Piano sigue albergando las colecciones "históricas" con los grandes maestros de la primera mitad del siglo XX. Pero el cuarto piso de la institución que dirige Alfred Pacquement se dedica desde hace cuatro años a un montaje temático, como si de una exposición temporal se tratara, pero con la peculiaridad de que se hace siempre con obras de la colección permanente.

En 2005, con el título Big Bang, el centro mostró su visión sobre la destrucción en el arte contemporáneo. En 2006, con El movimiento de las imágenes, exploró la relación entre arte y cine. El año pasado, sin embargo, en lugar de un tema se optó por un criterio: recorrer la historia del arte moderno y contemporáneo con obras de mujeres artistas con el montaje elles@centreprompidou. "Normalmente cambiamos cada planta a los dos años", señala Camille Morineau, comisaria de esta presentación.

Mientras, el MoMA mantiene una impresionante sucesión de ismos que ha sido referencia de generaciones. Una visión "esquemática y simplista", opina Todolí, que puede ser rica si se posee una colección tan completa como la de este museo. "Pero es su canon, no el universal". Por si no hubiera quedado suficientemente claro.

divendres, de gener 08, 2010

Ramms+ein y la censura en Alemania

von Andrian Kreye

20.11.09 | 15:26 |

Rammstein



rammsteinUniversal2



Deutsches Theater

(Seite-3-Text aus der Süddeutschen Zeitung()

„Rammstein” stehen auf dem Index – und füllen die Arenen der Welt. Die Band des obskuren Genres "Neue Deutsche Härte" ist Deutschlands erfolgreichster Pop-Export. Und wie alle weltweit erfolgreichen deutschen Pop-Exporte erfüllen sie vor allem die Erwartungshaltungen der Welt an Deutschland. Ganz so leicht ist es allerdings nicht, ihnen auf die Spur zu kommen. Denn da ist noch der deutsch-deutsche Kulturkampf, der um die Band tobt.

Spricht man das Wort „Rammstein” möglichst hochdeutsch aus, so hat es alle Eigenschaften, die deutsche Wörter brauchen, um von Nicht-Deutschsprachigen als deutsche Wörter erkannt zu werden. Es hat harte Konsonanten, die nur kurz von gellenden Vokalen unterbrochen werden. So wie Bratwurst, Sauerkraut, Blitzkrieg, so wie der teutonische Kauderwelsch, den Charlie Chaplin als „Der große Diktator” ins Mikrofon brüllt, oder die Lautmalereien, mit denen sich Fernsehkomiker in anderen Ländern über uns Deutsche lustig machen.

Spricht man das Wort „Rammstein” im Kreis deutscher Kulturmenschen aus, sieht man in überaus schmallippige Gesichter. Rammstein sind ein sagenhaft erfolgreicher deutscher Kulturexport, und es kann irgendwie nicht angehen, dass eine Band, die so unverhohlen dreist deutschen Martialismus orchestriert wie auch persifliert, draußen besser ankommt als das, was dem Goethe-Institut in den Kram passt.

Wie schön, wenn man die Musiker, die sich auf der Bühne aufführen, als wollten sie Geiseln nehmen, mal trifft: Sechs nicht mehr ganz junge Herren, die in den neuen Bundesländern schon Rockmusik gespielt haben, als die noch die DDR waren. Der Gitarrist Paul Landers zum Beispiel. Was für ein netter Mensch. Er holt einem erst mal ein Bier, obwohl er selbst nur Tee trinkt so kurz vor dem Auftritt. Ganz sicher ist es ein Missverständnis, dass man Rammstein in so unangenehme Ecken gestellt hat. Nur kommt man diesem Missverständnis nicht gleich auf die Spur.

Vor dem Pavelló de Olímpic de Badalona drängen sich an diesem Abend viele tausend Katalanen, die meisten jung, männlich und schwarz gekleidet. Ein paar Deutschlandflaggen flattern auch über der wartenden Menge. Mit denen wedeln allerdings nicht die angereisten deutschen Fans, sondern die Einheimischen. Für Metallica würden sie ein Sternenbanner und für Motörhead den Union Jack ausrollen. „Hier werden wir so wahrgenommen, wie wir uns auch selbst wahrnehmen”, sagt Landers und lehnt sich im kahlen Garderobenraum an einem der endlosen Betongänge des Pavelló in das kleine Kunstledersofa: „Wenn wir im Ausland sind, behandeln sie uns normal, wie eine Band halt. Die haben hier natürlich keine Probleme mit der ganzen deutschen Ikonographie.”

In einer guten Stunde wird Landers mit einer langstieligen Axt eine schwarze Wand durchschlagen, nur mit einem schwarzen Lederschurz bekleidet durch die Öffnung steigen und vor die katalanischen Fans treten. Sänger Till Lindemann wird neben ihm in einer roten Schlachterschürze und einer roten Federboa „Rrramm!” ins Mikrofon brüllen. Landers wird dann gemeinsam mit dem anderen Gitarristen der Band – Richard Kruspe – antworten: „Sssschtein!” Dazu werden Landers und Kruspe dann eine besonders bebende Sorte von Akkordwänden spielen, und zwar in einer Lautstärke, als gehe es darum, allen hier in der Halle quasi den Kopf vom Rumpf zu kegeln. Das wird dann wirklich sehr teutonisch wirken und ein bisschen gruselig, aber genau deswegen werden die Katalanen im Gleichtakt ihre Fäuste in die Luft schwingen und in den gutturalen Refrain einfallen.

Es sind genau diese Momente, wegen denen man Rammstein daheim – in Deutschland – mit so viel Misstrauen begegnet. Der bodenlange schwarze Ledermantel, den Kruspe da trägt, ist das nicht eigentlich ein SS-Mantel? Und die riesigen, runden Blechwannen mit den Scheinwerferbatterien, die die Bühne von hinten bestrahlen, erinnern die nicht an Flakscheinwerfer? Und was bitte sollen Songs wie „Links 2 3 4”?

Rammstein geht es da ein bisschen wie anderen deutschen Bands, die Welterfolg hatten. Es geht ihnen wie: Kraftwerk und Can. Das waren Bands, die verdammt deutsch klangen und die so gar nichts mit den Beatles, den Stones, Bob Dylan und diesem ganzen angelsächsischen Musikerbe zu tun hatten, auf dem die Popkultur des späten 20. Jahrhunderts aufbaute. Karl Bartos von Kraftwerk sagte mal, dass die Schönheit von Beatles-Songs eh nicht mehr zu erreichen sei, also habe man sich bei Kraftwerk eben gleich auf deutsche statt auf angelsächsische Traditionen berufen. In den deutschen Weltstars spiegelte sich dann das deutsche Bild in der Welt. Das eine waren die Elektroingenieure von Kraftwerk und die Tüftler von Can. Und was kam dann? Von Rang?

Auswärts herrscht ein wirklich sehr reges Desinteresse an unserer gegenwärtigen Kultur. Die des 17., 18. und 19. Jahrhunderts, das ist und bleibt unser Exportschlager. Sicher spielen deutsche Symphonieorchester und Dirigenten in der ersten Liga, sicher gehören Goethe und Schiller auch in den USA zu einer humanistischen Bildung. Aber zeitgenössische Erfolge? Erweitert man die Popkultur auf den Film, dann bestätigt sich das Muster. Man darf nicht vergessen, dass in Deutschland schon vieles als Erfolg gefeiert wird, was im Ausland, und gerade in den Mutterländern des Pop USA und Großbritannien, nicht mehr ist als Exotika. Wenn ein Film in ein paar Filmkunstkinos in US-Großstädten läuft und in der New York Times eine gute Kritik bekommt – dann ist das beachtlich. Mehr nicht.

Was dann doch Erfolg hat, das bedient die Erwartungshaltungen, die die Welt an Deutschland hat. Düster und melancholisch, voller Pathos und Schwere soll deutsche Kultur sein. Seelenlose Technokratie passt noch dazu. So sind es die hyperromantischen Filme von Wim Wenders und das immer etwas verquere, ungelenke Œuvre von Rainer Werner Fassbinder, die ihren Weg gemacht haben. Es ist die Kunst von Anselm Kiefer und Neo Rauch, die Fotografie von Andreas Gursky und den Bechers.

Die deutsche Kultur ist da nicht alleine. Es ist die Popkultur aus dem gesamten Kontinentaleuropa, die immer wieder an ihre Grenzen stößt. Weil Kontinentaleuropa seine Identitäten pflegt. Die beiden einzigen spanischen Stars von Weltrang? Antonio Banderas und Penélope Cruz. Erwartet man von denen nicht irgendwie nach jedem Auftritt, dass sie gleich beim Flamenco die Hacken auf den Boden schlagen? Und Frankreich? Chansonniers und Intellektuellenfilme. Italien? Celentano und Fellini. Deswegen feiert die Band mit dem Namen Rammstein Welterfolge. Das neue Album „Liebe ist für alle da”, das in Deutschland wegen der Sadomaso-Referenzen in dem Lied „Ich tu dir weh” pünktlich zum 20. Jahrestag des Mauerfalls auf dem Index landete: Steht in 17 Ländern in den Top 10. In acht davon auf Platz eins. In England und den USA immerhin noch in den Top 20.

Es fällt den Musikern nicht leicht, sich diesen Welterfolg zu erklären. Kalkuliert ist er nicht. Christian „Flake” Lorenz, der dürre Keyboarder mit der Hornbrille, sagt: „Wir sind im Ausland so erfolgreich, weil wir echt sind. Wir spielen dem Publikum überhaupt nichts vor.” Rammstein sind eine deutsche Band. Das heißt eben auch: deutsch singen, deutsch spielen. Paul Landers: „Wir versuchen einen natürlichen Umgang mit der eigenen Identität, den es in Deutschland natürlich nicht gibt. Deswegen haben es auch Ausländer schwer, Fuß zu fassen und sich zu identifizieren, weil: Womit sollen sie sich denn identifizieren, wenn die Deutschen selbst nicht deutsch sein wollen? Wir wollen das natürlich nicht mit der Brechstange durchziehen. Wir sind aber im Prinzip ein bisschen gezwungen, das zu tun, weil wir nun mal eine deutsche Band sind.” In den meisten Interviews betonen Rammstein, dass sie politisch links stehen – und man merkt den Musikern an, wie genervt sie sind, das jeweils betonen zu müssen.

Landers umklammert seinen Tee. Die ganze Band ist angekränkelt. Flake Lorenz hüstelt. Vorne auf dem Container steht eine Plastikkiste mit Hustensäften, Vitaminpräparaten und Erkältungstropfen. Die Temperaturschwankungen machen der Band zu schaffen – wenn es in den Hallen kalt und zugig ist und es dann zwischendurch kurz richtig heiß wird, weil die Scheinwerferbatterien von oben und die Flammenwerfer von unten die Luft auf der Bühne schockartig aufheizen, bevor dann während der nächsten düsteren Passage wieder ein kalter Luftzug über die Musiker fegt. Die Band wirkt hier hinten wie eine Fußballmannschaft, die sich vor dem Spiel schonen muss.

Rammstein-flamethrowers

Auf der Bühne muss gleich zwar nicht ein ganzes Feld bespielt, aber große Bilder müssen mit Leben erfüllt werden. So kommt man dem Missverständnis Rammstein auch langsam auf die Spur. „Wir haben eine große Show”, sagt Landers. „Das macht so kaum einer mehr. Pink Floyd hat es damals gemacht. So ein Spektakel. So ein Theater.” Dazu passen auch Till Lindemanns Gesang und seine Texte im altmodischen Duktus des klassischen Sprechtheaters. Die letzte Strophe aus dem indizierten Lied „Ich tu dir weh” zum Beispiel:

Du bist das Schiff, ich der Kapitän

Wohin soll denn die Reise gehen?

Ich seh im Spiegel dein Gesicht

Du liebst mich, denn ich lieb' dich nicht.

Das klingt nach Otto Sander, nicht nach Ozzy Osbourne. Von ungefähr kommt das nicht. Till Lindemanns Vater war der Lyriker Werner Lindemann, der in der DDR ein paar Dutzend Gedichtbände und Kinderbücher veröffentlicht hat. Nach dem haben sie ein Jahr nach seinem Tode 1993 eine Grundschule in Rostock benannt. Und in den Ohren von Menschen, die des Deutschen nicht mächtig sind, klingen solche Texte eben typisch deutsch.

Rammstein sind sich dessen bewusst. „Es ist schwer, deutsche Rockmusik zu singen”, sagt Flake Lorenz. „Die Sprache ist nicht sehr melodisch, sie ist eckig. Die Amerikaner sagen, das klingt, als habe man den Mund voller Zähne. Für Ausländer ist Deutsch eine sehr aggressive Sprache. Das ist sicher auch ein Reiz für sie.” Für das neue Album haben Rammstein mit dem Klischee gespielt. Für die erste Single „Pussy” hat die Band Lindemann gebeten, einen Text zu schreiben, der vor allem aus deutschen Worten besteht, die in Ländern wie Amerika in den allgemeinen Wortschatz aufgenommen wurden. Da findet sich dann eine Strophe wie:

Zu groß, zu klein

Der Schlagbaum sollte oben sein

Schönes Fräulein, Lust auf mehr

Blitzkrieg mit dem Fleischgewehr

Schnaps im Kopf, du holde Braut

Steck Bratwurst in dein Sauerkraut.

Lupenreine, katapultartige Komik, die mit Erwartungshaltungen spielt. Deswegen ist Kruspes Ledermantel eben auch keine Referenz an die SS, sondern eher ein Zitat aus Pink Floyds legendären Shows zu „The Wall” – als Roger Waters in einem ähnlichen Mantel auf die Bühne kam und „Eins, zwei, drei!” rief, bevor die Pyrotechnik explodierte und die Band den großen Hippietraum aus den siebziger Jahren beerdigte. Zu dem Song „Links 2 3 4” kommen nun – 30 Jahre nach Pink Floyd –, Rammstein im Stechschritt aus dem Bühnenboden, und Lindemann singt etwas, das er offenbar sehr ernst meint:

Kann man Herzen brechen

Können Herzen sprechen

Kann man Herzen quälen

Kann man Herzen stehlen

Sie wollen mein Herz am rechten Fleck

Doch seh ich dann nach unten weg

Da schlägt es links

Das hat er 2001 geschrieben. Zwei Jahre zuvor hatten Rammstein für die Coverversion des Depeche-Mode-Songs „Stripped” ein Video veröffentlicht, in dem sie Bilder aus Leni Riefenstahls Olympiafilm von 1938 verwendeten. Landers erinnert sich: „In manche Sachen stolpern wir dumm und naiv rein, wo man sagen müsste: ,Ihr seid so alt, und ihr benehmt euch noch wie Kinder!’ In dem Fall war es ein bisschen so. Ursprünglich bestand das Video aus zwei Bildebenen: Zum einen waren es die Riefenstahl-Bilder, zum anderen russische Bilder aus derselben Zeit. Aber die Bilder waren so schwach, die hatten nicht so eine Kameratechnik, die waren nicht so gut ausgeleuchtet. So sind die rausgeflogen aus dem Video. Und der Ärger war perfekt.”

RammsteinUniversal

Er weiß aber auch, warum sie sich immer wieder mit Bildern und Referenzen Ärger einhandeln. Bei ihrer aktuellen Tour – die sie von Montag an auch durch natürlich ausverkaufte deutsche Hallen führen wird – schürfen sie zwar nicht tief, aber doch weit in der Vergangenheit. Da ist das Sprechtheater genauso wie die Moritat, da sind die Revues aus dem Berlin der Weimarer Republik genauso wie die Filmsprachen von Murnau und Lang. Das alles ist angereichert mit Schockzitaten und Pyrotechnik. Aber es geht eben weniger um den Grusel der diversen Metal-Genres. Nein, Rammstein ist keine Metal-Band. Es ist ganz deutlich: Cabaret. Die ständigen Dynamik-, Licht- und Kostümwechsel, die Balladen und kleinen Spielszenen, die Kulissen im stählernen Design der frühindustriellen Metropolen und die Requisiten wie die Zinkwanne, in der Sänger Lindemann den Keyboarder Lorenz vermeintlich tötet wie ein Stück Vieh, und die beiden übermannshohen Teslaspulen, die blaue Stromblitze erzeugen – das alles kann man furchtbar finden, aber es hat in dieser umwerfenden Perfektion einen circensischen, pathetischen und immer wieder auch sehr komischen Sog.

Man kann Rammstein nun ihren sorglosen Umgang mit deutschen Bildern vorwerfen. Und genau da ist man auf der richtigen Spur. „Wir gehen mit den deutschen Bildern sicher entspannter um, weil wir aus dem Osten kommen”, sagt Landers: „Da gab es eine ganz andere Erziehung.” Alt genug, um sozialistisch sozialisiert zu sein, sind sie ja alle. Der Jüngste von ihnen ist der Bassist Oliver Riedel, und der ist auch schon 38.

„Das ist eine ambivalente Sache”, sagt Flake Lorenz: „Grundsätzlich war jeder Antifaschist. Ist man doch natürlich immer noch. Das wurde einem eingeimpft. Uns haben sie schon als Kind beigebracht, dass die Nazis von früher jetzt in der BRD Anwälte und Ärzte sind. Und dass es bei uns zum Glück keine Nazis mehr gibt!” Deswegen kommen die treibenden und sehr tanzbaren Rhythmen unter manchen Songs auch nicht aus der Militärmusik. „Arbeiterlieder liegen uns sehr nah”, sagt Lorenz: „Das war das Einzige, was mir damals im Musikunterricht Spaß gemacht hat. Und die Eindrücke aus der Kindheit werden immer die stärksten sein. Ich weine ja heute noch, wenn ich den ‚Kleinen Trompeter‘ höre, das ist einfach so drin.”

Auf das Verbot durch die Bundesprüfstelle in Deutschland sind sie nicht stolz. Auch wenn ihre alten Fans, die aus den neuen Bundesländern, feixen. Die verstehen ja den Witz, wenn die im Westen sich wieder mal über vermeintlich verbotene Anspielungen aufregen. Die wissen, dass sie sich da nichts vorzuwerfen haben.

„Wer reitet so spät durch Nacht und Wind . . .?” Aus dem „Erlkönig” macht Till Lindemann: „Ein Flugzeug liegt im Abendwind – An Bord ist auch ein Mann mit Kind – Sie sitzen sicher, sitzen warm – Und gehen so dem Schlaf ins Garn.”

Die vielen Fans in Barcelona singen jede deutsche Zeile mit. Mag ja sein, dass es Gründe gibt, Rammstein nicht zu mögen. Aber deutsche Kultur im Ausland fördern sie ohne einen Cent aus Steuermitteln.

dijous, de gener 07, 2010

Homofobia

http://www.eluniversal.com.mx/columnas/81711.html

Seis de cada 10 mexicanos están en contra de que se casen los homosexuales y siete de cada 10 de que adopten hijos. Las convenciones internacionales sobre derechos humanos, la Organización Mundial de la Salud y casi la totalidad de los pensadores más respetados de la humanidad forman, frente a esa encuesta de Mitofsky, una minoría a la que este reportero se ha sumado hace tiempo.

Hurgar en los fundamentos ideológicos de quienes se oponen a otorgar mayores derechos a la comunidad gay termina aterrizando en algunos de estos conceptos muchas veces heredados y pocas procesados: ser homosexual no es normal, es antinatural, es una enfermedad.

¿Son “normales” los homosexuales? El calificativo “normal” ha sido sepultado por la democracia, la tolerancia y la inclusión que son signos-anhelos de nuestros tiempos. La ecuación papá-mamá-hijos es, en uno de cada tres casos, escenario de violencia intrafamiliar. Eso bajo ningún concepto puede ser considerado normal. La familia tradicional como estructura básica de la sociedad se ha convertido en un cuerpo con osteoporosis: por fuera se sostiene, pero por dentro está desgastado, fracturado, desbaratándose.

¿Es “natural” que un hombre golpee a una mujer? ¿Que se calle y esté sometida “por el bien de sus hijos”? ¿Que ella aguante todo lo que el hombre haga con la mira puesta en la unión familiar? Porque ésas son las ideas que permean cómodamente en amplios sectores sociales y se antoja que palidecen en la categoría de “naturales” frente a una pareja del mismo género.

¿Están enfermos los homosexuales? El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud, perteneciente a la ONU, retiró la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud. Desde hace casi 20 años, la homosexualidad no es enfermedad para ningún doctor serio.

Con estos antecedentes, quienes hemos conformado la manera habitual de vivir alrededor de nuestra preferencia heterosexual no tenemos autoridad moral para reprimir, mucho menos suprimir, el ejercicio de otras formas de convivencia social y, ultimadamente —y aunque suene cursi—, de amor.

Me atrevería respetuosísimamente a pedir a quienes están en contra de la plenitud de derechos y deberes para la comunidad gay que tomen en cuenta en su análisis moral —incidido por la fe y por tanto, de toda consideración— estos datos que exhiben el fracaso de los modelos vigentes, no para rendirse y abandonar a la familia tradicional como modelo ideal, sino para intentar reforzarla sin hipocresías y al mismo tiempo tolerar otras maneras de fundar comunidad (no confundir: nadie se ha vuelto gay por la crisis de la pareja tradicional; aceptar los matrimonios homosexuales es un tema de universalidad, no un plan B).

Lo principal es romper el estereotipo: la familia de papá-mamá-hijos no es una familia feliz en automático y las parejas homosexuales no son drogadictas, proxenetas entregadas a la lujuria. Hay parejas hombre-hombre y mujer-mujer que son modelo de felicidad, y hay hogares tradicionales a los que los hijos no quieren volver después de la escuela porque es como regresar al infierno.

En Tercer Grado, Denise Maerker aportó un argumento incontrovertible a ese otro tema que es la facultad de adoptar niños a parejas homosexuales: que si bien lo ideal para un menor es contar con las figuras paterna y materna, los infantes sujetos a adopción no tienen ni uno ni otro, viven muchas veces en el abandono de guarderías tutelados por un par de buenas personas que hacen sus mejores esfuerzos para encauzarlos pero que muchas veces no pueden construirles un blindaje que los libere de estar a merced de traficantes de órganos y niños. Los casos concretos se agolpan en denuncias de medios de comunicación semana a semana.

Son pequeños sin hogar, sin padre, sin madre, sin perspectiva, sin futuro, quienes a través de un riguroso procedimiento son asignados a personas que les puedan dar un horizonte. Que en este grupo de personas sujetas a adoptar figuren homosexuales que garanticen una oferta de porvenir digna para los niños me parece hasta un gesto.

Hasta ahí los argumentos. Pido ahora permiso para una nota personal: no soy capaz de concebir una sensación de responsabilidad mayor a la que se tiene para con los hijos; entre mis personas más queridas y admiradas hay tres homosexuales. No dudaría un instante en encomendarle a mis hijos a alguno de ellos. Tampoco a un par de entrañables amigos solteros, amigas solteras, y más matrimonios heterosexuales con quienes me unen lazos que se antojan indisolubles. Pienso que cuando se escoge tener un amigo, que sea abogado o doctor es una característica colateral, pues hay abogados delincuentes y doctores asesinos, pero no son a ellos a los que nos estamos refiriendo.

diumenge, de gener 03, 2010

Five countries that crashed and burned in the credit crunch face a hard road to recovery

http://www.guardian.co.uk/business/2010/jan/03/credit-crunch-iceland-ireland-greece-dubai-spain

Five countries that crashed and burned in the credit crunch face a hard road to recovery

At best, the legacy of the economic crisis means tough times. At worst, it could spark political turmoil

ICELAND

The decade ahead promises to chart a struggle as epic as any of the nation's famous literary sagas. The legacy of the worst economic crisis in its history has ravaged the broader economy, triggering bankruptcies and sending unemployment, virtually zero before the crisis, surging to 10%. Burglaries have doubled, but police are being made redundant as cuts to public-sector budgets cause fissures in the country's social fabric. At year end the national debt was expected to have reached £6bn, a hole as big as the economy that will take an entire generation to repay.

Things became so bad last year that local media were asked by the Public Health Institute to write more positive stories. But even the most determined Pollyanna is tested by the facts. This year's bill for repayments to the UK and Dutch governments, after they compensated savers who lost money in Icesave internet accounts, is more than the annual education budget.

The country was plunged into turmoil in October 2008 when its main banks, Kaupthing, Landsbanki and Glitnir, collapsed in frozen credit markets. The banking crisis also laid low the Icelandic currency, forcing the government to ask the International Monetary Fund and its European neighbours for billions of dollars of aid.

The shocks continue, with the economy suffering its sharpest ever contraction, shrinking 7.2% in the third quarter. However, after hitting record highs, interest rates have eased back to 10%. The government has completed the expensive process of recapitalising Iceland's banks, but it still has a long way to go to convince investors to return. Analysts at Moody's recently cut the country's credit rating again.

Its forgotten fishing fleet, as well as geothermal energy, are once again important facets of the economy. But with limited job prospects and financial austerity, the small nation will have to fight to keep its 300,000 inhabitants this year. Half of 18 to 25-year-olds are said to be considering emigrating, while professionals are being lured overseas by higher salaries.

The island's salvation may lie in hitching its fiercely independent wagon to Europe. It will be a bitter pill for the resolutely independent Nordic nation to swallow – it had previously resisted joining the EU over concerns about losing control of its rich fisheries. But accession talks could start by March.

PANIC FACTOR: 3/5

GREECE

Greece, the European Union's most indebted country, enters 2010 at the top of most investors' watch lists, but for all the wrong reasons. Downgraded by all three of the main credit rating agencies last month, financial markets have already punished the Greek government by demanding higher payment for financing its ballooning budget deficit.

Markets hate uncertainty and were very unimpressed when the new government, elected in October, admitted that the country's economic statistics were unreliable and that this year's budget deficit would be more like 12.7% of national income than the 6.7% forecast by the previous government.

Markets fretted that Greece could be in danger of defaulting on its sovereign debt, which has now reached 125% of national income, a figure that will rise sharply given the size of the government's annual deficit. Its problems also made investors nervous that if Greece imploded, countries such as Italy, Ireland and Spain could be next in line, with even a major economy such as Britain's, which has a similar budget deficit to Greece, potentially at risk.

But, unlike Ireland, which imposed an austerity budget last month, the government of George Papandreou gave a vague pledge to reduce the budget deficit to below 3% of gross domestic product by 2013. But markets were worried by a lack of detail and optimistic assumptions about future tax revenues, and took little comfort, despite a road show of European capitals by finance minister George Papaconstantinou.

Indeed, speculation is rife that Greece might have to seek a bailout from the International Monetary Fund. Last week the IMF's European head, Marek Belka, said it stood ready to help. But he urged the European Union to set up a formal mechanism to help cases such as Greece, since many EU countries are locked together in the eurozone, so have a common interest in the fiscal and economic stability of the bloc as a whole. This Greek tragedy thus has implications for the rest of Europe.

PANIC FACTOR: 5/5

IRELAND

Ireland was long one of Europe's poorest countries, with high unemployment, a dearth of foreign investment and a skills shortage. But in the past two decades it has become a wealthy, modern industrial state, dubbed the "Celtic Tiger", with low taxes luring multinationals, fuelling a huge expansion in employment.

But the tiger's roar turned to a whimper as the economy was hammered, with Ireland overdependent on housing and financial services. Irish banks funded an unsustainable property boom that saw glitzy apartment blocks thrown up for miles around Dublin, and thousands of investors snap up buy-to-let places. When the bubble burst, the government was forced to guarantee the deposits of the five biggest institutions in an attempt to prevent a Northern Rock-style bank run. With questions over the banks' very survival, the government has since had to shore up their assets by agreeing to take over the worst of the sector's property loans.

Tax receipts from property and financial institutions dried up and unemployment soared, along with the public-sector borrowing requirement. A few weeks ago, finance minister Brian Lenihan announced sweeping cuts to stabilise the shattered public finances as he presented the harshest budget in decades. He unveiled public-sector pay cuts and reductions in unemployment and child benefits in a bid to achieve savings that would restrain the deficit to a projected 11.6% of GDP next year.

But the move was opposed by trade unions, which had been pushing for an alternative plan that envisaged 300,000 public-sector workers taking 12 days' unpaid leave in 2010, as well as agreeing to reforms in working practices.

Despite signs of industrial unrest, there are indications that the worst is over: Dublin said recently that GDP expanded by 0.3% in the three months to September, though it had shrunk by 7% over the previous year. Kevin Gardiner, the economist who coined the phrase "Celtic Tiger", predicts that the economy will do no worse than bump along the bottom in 2010, with growth turning positive by the end of the year.

But Ireland will take years to recover from a crash that has dented national pride and could yet result in a winter of discontent as Lenihan's brutal budget takes effect.

PANIC FACTOR: 3/5

DUBAI

The tallest building in the world, the Burj Dubai, will officially open tomorrow, but instead of underscoring the ambition of the emirate, it will now be viewed as a towering symbol of its folly.

Construction of the $4.1bn project began in 2004, during a boom that saw increasingly ambitious projects designed to create a millionaires' playground. But the view from the summit is of a skyline marked by half-finished buildings and immobile cranes.

Property prices had already fallen by 50% last year, before the emirate pitched into crisis in November, when one of its largest conglomerates, Dubai World, admitted it did not have the cash to repay looming debts. The company is still in negotiations with its banks, including HSBC, Lloyds, RBS and Standard Chartered, which together are owed around $5bn, in the hope of achieving a standstill agreement on further repayments until it can restructure $22bn of its debt.

The immediate crisis was contained when Abu Dhabi threw Dubai a $10bn lifeline for an imminent bond repayment, and to allow the company to pay running costs while discussions continue. But analysts believe recovery will be slow and that the emirate, now in thrall to its more conservative neighbour, will never quite be the same.

In a report last week, Beltone Financial said Dubai had been too heavily reliant on real estate and warned its markets would underperform for the foreseeable future. European and US banks are also likely to be more wary of investing after the government said last month that it was not liable for the debts of Dubai World, despite the company being state owned.

"The damage to Dubai's reputation in financial markets has been profound," the report said. "It is going to become difficult for Dubai to raise new capital from global markets, despite it now working with creditors to fulfil its long-term obligations with transparency."

PANIC FACTOR: 4/5

SPAIN

Spain's woes may have been overshadowed by alarm about the fortunes of Greece, but the chaos caused by its crumbling property boom is far from over. Consumers overstretched themselves as house prices more than doubled in a decade, but that left many buyers heavily indebted and facing negative equity as prices began to slide. Building activity spiralled up in response to the frenzy of speculative demand, with construction accounting for more than a 10th of the economy during the boom years.

These two factors mean plunging property prices have blown a huge hole in families' finances – and in economic growth, as the building frenzy came to an abrupt halt. At the same time, Spanish exporters have suffered from the collapse in world trade, and the relative strength of the euro can hardly help the battle to build a more stable economy, less reliant on property.

Spain's banks escaped much of the pain experienced by rivals in the rest of Europe and the US because its regulators kept them on a much tighter rein, forcing them to accumulate more capital in good times to see them through lean years. But that didn't stop them lending enough to fuel the boom.

As consumers repair their finances, builders nurse their losses and thousands of migrants who flocked to Spain to take up jobs in construction and tourism return home, the good times will not return quickly. The Economist Intelligence Unit reckons Spain will experience another economic contraction in 2010, putting it, with Greece and Ireland, among the world's 15 slowest-growing countries this year.

Madrid has promised to wrest its deficit back below the eurozone's official 3% of GDP ceiling by 2013, but that will require a grim period of austerity, just as the economy is struggling to emerge from recession. Many analysts believe there could be worse problems to come: in December, ratings agency Standard and Poor's expressed doubts about Spain's ability to get its finances back under control by revising its outlook on the kingdom's AA+ rating to "negative".

PANIC FACTOR: 3/5