dissabte, de març 05, 2005

Artículo sobre el peligro de las sectas

El control mental sobre los sectarios
Autor: P. Tomás Bravo




El control mental

En los años sesenta, psicólogos de los Estados Unidos entrevistaron a los soldados americanos que regresaban de la guerra de Corea del Norte, en especial hablaron con los que tuvieron un cambio drástico en su personalidad. Llegando a la conclusión que estos soldados habían experimentando un lavado de cerebro ejercido por los comunistas.

Luego, otras personas se dieron cuenta de que algunas personas en ciertos grupos religiosos experimentaban cambios psicológicos semejantes.

Se reconoció que algunos grupos hacían lo mismo con sus miembros y llamaron a este mecanismo control mental o reforma del pensamiento. Por eso es muy importante conocer y entender esta técnica psicológica para poder dialogar con los miembros de los grupos sectarios; de lo contrario podríamos decepcionarnos ante la falta de respuesta al hablar con ellos como consecuencia del control mental que recibieron.

En el libro "Combating Cult Mind Control" ("El control mental de las sectas y cómo combatirlo"), de Steve Hassan (ex miembro de la Iglesia de la Unificación "moon"), leemos que el control mental es más sutil y sofisticado que el lavado cerebral.

Al que tortura para hacer un lavado de cerebro la víctima lo considera un enemigo, pero al adepto del grupo que manipula los pensamientos y la mente de otro, se le considera un amigo, un gurú, un maestro de confianza o un buen cristiano y, en consecuencia, la víctima (la persona que está siendo adoctrinada) presenta menor defensa que si estuviera bajo tortura.

Al cooperar con el proceso de su control mental, la víctima poco a poco y sin darse cuenta va dejando su personalidad anterior por la que le impone el grupo. La persona acepta las enseñanzas de los grupos consideradas como bíblicas o lógicas.

Se puede decir que el control mental no implica abusos físicos. Se limita más bien, a ciertos procesos de adoctrinamiento que se logran al repetir la ideología de un grupo y al no pensar por sí mismo, en combinación con dinámicas de grupo que crean un efecto potente de adoctrinamiento.

Al individuo se le engaña y manipula con amenazas indirectas para que ejecute un comportamiento prescrito. Estos métodos, en manos de un grupo "sectario" sin escrúpulos, se convierten en una herramienta eficaz para seducir a los conversos. No importa el grado de inteligencia de la persona sino el nivel emocional y de creencias en el ser humano.

El uso del control mental es un problema de ética hoy en día. Existen ciertos métodos de control mental que son muy dañinos, por lo que hay que prevenir a las personas para que puedan discernir acerca del grupo al cual se están incorporando, y no esperar a que sea demasiado tarde.

Los grupos sectarios emplean tácticas de control mental que mantienen en secreto. Es importante mencionar que en la mayoría de los grupos no considera estos métodos como control mental, sino como "evangelización". Creen sinceramente que poseen las respuestas únicas para los problemas de la vida.

Las autoridades del grupo mantienen a las personas en la oscuridad, pidiendo obediencia y lealtad ciegas. Los líderes conocen al ser humano: Saben que la persona se opondría al adoctrinamiento si supiera lo que le aguarda, así que dan la información gradualmente y en el momento oportuno y conveniente.

Controles utilizados por los grupos sectarios
1) Control de la información
"Si nos criticas eres malo; si eres malo tu información está equivocada; si tu información está equivocada, no tengo que escucharte".

A los soldados americanos, que mencionamos, les limitaban la información que recibían del exterior Impedían que les llegara información objetiva. Así los soldados escuchaban solamente una versión de la historia.

Lo mismo sucede con los grupos que utilizan la manipulación psicológica. Controlan la información que llega a sus miembros. Ellos desaniman a sus adeptos a leer, escuchar radio, ver televisión o recibir cualquier información contraria a sus doctrinas. Aconsejan abstenerse de lo que consideran como algo mundano. Un ejemplo:



"Con el fin de evitar la contaminación del mundo externo; los aaronitas (Iglesia Luz del Mundo) requieren del permiso de los encargados de los ministerios especializados para salir de la colonia, tomar vacaciones, trabajar, estudiar, contraer matrimonio, etc." [Pinceladas de una ilustración etnográfica: La luz del Mundo en Guadalajara , RENEÉ DE LA TORRE, 1993, p.15].


También en el control de la información, el grupo no expone todas sus creencias hasta que la persona se encuentra "preparada" para recibirlas.

La información está restringida de acuerdo con la jerarquía. Cuanto más alta sea una autoridad más información interna recibe. En ocaciones durante el entrenamiento se les enseña a no mencionar, al principio del diálogo, todo lo que difieren sus creencias con las de otros grupos, especialmente con la Iglesia Católica, sino a demostrar primero que enseñan lo mismo.

La confusión se promueve también en muchas de las iglesias a través de muchas imágenes, canciones y ritos semejantes a los de la Iglesia Católica, llegando hasta colocar en el templo la imágen de la Virgen María y a veces una Biblia Católica.

Parte del control de la información consiste en prohibir la comunicación entre un "apóstata" o "muerto espiritualmente" (una persona expulsada del grupo) y otro miembro del mismo grupo. Así los adeptos no podrán saber las razones doctrinales que tuvo el expulsado para abandonar el grupo.

Estos grupos mantienen a la persona muy ocupada leyendo la Biblia, asistiendo al culto con mucha frecuencia, visitando las casas, todo para que la persona esté cansada y no tenga tiempo de pensar y evaluar su situación.

Estar muy ocupado y cansado sirve para aislar a la persona de otras que no están en el grupo. Como resultado se va cambiando y se controla poco a poco el modo de pensar por falta de información.

2) Control del pensamiento
"Los Hare Krisna, en su cuarto principio regulativo, prohíben la especulación mental[...] El adepto sectario no sólo obedece sin crítica alguna, las órdenes de los líderes o "hermanos mayores", aquellos que llevan mas tiempo que él en el camino de la Verdad, sino que, también se somete a vivenciar su propia realidad cotidiana a través del filtro doctrinal monolítico y manipulado" [RODRIGUEZ, El Poder de las sectas, p.55].

Los grupos inician el control consiguiendo que la persona piense solamente en asuntos propios del grupo. No se permite cuestionar la doctrina, pues las dudas se consideran obra del diablo.

Todos tienen que pensar de la misma manera que las autoridades. El pensar independiente es visto como orgullo. La persona aprende a bloquear las dudas que "vienen del diablo" a tal grado que ni siquiera penetran en su conciencia. Se aprende a filtrar dudas y contradicciones.

Las autoridades se presentan como representantes de Dios, así que pueden enseñar cosas poco creíbles y la persona las cree. Vistos como profetas, las autoridades actuales interpretan los acontecimientos en el mundo y en la vida de la persona. Ésta ni siquiera puede discernir lo que está sucediendo en su vida.

No se permite hacer una interpretación personal. Sólo el grupo la puede hacer. Por ejemplo: "Este terremoto es señal del fin; estás enfermo porque Dios te está castigando o el diablo te está atacando". La explicación es arbitraria ya que según convenga al pastor, la enfermedad está causada por Dios o por el diablo.

Las autoridades afirman que han recuperado la verdad que han perdido otros grupos, especialmente los católicos.

Advierten a los nuevos conversos que su familia tratará de sacarlos del grupo o convencerlos de que están equivocados. Y cuando la familia pone obstáculos, piensan que el grupo tiene razón y que el diablo no quiere que se meta con ellos, y así se fortalece la confianza del grupo.

Las críticas contra el grupo provocan en ellos una sensación de persecución, que el grupo aprovecha para hacer creer a sus feligreses que son especiales. Son perseguidos "como los primeros cristianos", dicen. Confunden el cuestionamiento normal con la persecución.

Como resultado del control mental, el adepto ve el mundo solamente en blanco y negro, bueno o malo. No hay opiniones entre los extremos. Los grupos sectarios subrayan las cosas malas en el mundo y descartan las cosas buenas. Así la persona anhela un mundo nuevo porque en el actual no hay nada bueno.

3) Control del ambiente y comportamiento
"Las mujeres aaronitas no se maquillan, deben vestir faldas largas y entrar al templo con un velo que les cubra la cara. En éstos las bancas de hombres y mujeres están separadas [...] Los hermanos de la Luz del mundo tienen prohibido beber, escuchar música, bailar e ir al cine" [Contenido, Oct.1992, pp.58-59].

Cada grupo sectario trata de controlar el ambiente de la persona, especialmente la manera de vestir y de comer.

Tal vez el ejemplo de control del ambiente más claro de los feligreses es el aislamiento que impone la Iglesia Luz del Mundo en las colonias tal como la "Hermosa Provincia gozo de toda la tierra" en Guadalajara, Jalisco (México) donde viven los adeptos; allí casi todos son miembros del mismo grupo. Todos se relacionan casi únicamente con sus compañeros del grupo.

El control del ambiente permite al grupo decidir por los adeptos en asuntos personales: cómo y dónde vivir y trabajar; qué estudiar, con quién casarse, etcétera.

4) Lenguaje particular
"Toda su percepción de la realidad la hacen a través de clichés doctrinales, que son frases cortas, contundentes y claras que sustituyen a los complicados, aunque cotidianos, procesos de elaboración mental [...]Un cliché es absorbido sin crítica alguna por el adepto y se convierte inmediatamente en su propio pensamiento o mecanismo para analizar la realidad" [RODRIGUEZ, El Poder de las Sectas, p.56].

Cada grupo sectario tiene su lenguaje particular, palabras propias del grupo. Esto crea dentro del grupo una identidad especial y una manera de pensar uniforme, y a la vez sirve para aislar a la persona. Los que no están en el grupo no conocen este vocabulario.

5) Control de los sentimientos
Los grupos sectarios emplean tácticas para crear sentimientos de miedo y culpabilidad. Ejemplo, aquel pastor que dice a una persona: Hermano, me parece que no estás sirviendo a Dios de la manera como él quiere; cuando comienza a fallar con su diezmo o a las reuniones o comienza a manifestar dudas.

Elena de White, profetisa co-fundadora de los adventistas del séptimo día escribió: "Cristo está pasando revista a su Iglesia ¡Cuántos hay cuya vida religiosa constituye su propia condenación!" (Consejos para la vida, p.57).

"Los Hare Krisna no han dejado de ver en las escrituras védicas el anuncio de una inminente catástrofe, en forma de guerra mundial, que aniquilaría el planeta a excepción de algunos supervivientes y, lógicamente de los devotos puros de Krisna [...] David Berg [...] ha impuesto a sus Niños de Dios (ahora llamado "La Familia"), por medio de sus escritos ´religiosos´ un miedo atroz a una cercana catástrofe nuclear y ecológica" (RODRIGUEZ, El Poder de las Sectas, p.61).

El miedo es compulsivo, se utilizan frases como: "Pronto vendrá el fin del mundo y todos los que se encuentran fuera de nuestro grupo serán destruidos". "¡Cuidado! Porque el diablo quiere poseerte, hermano".

Tobías y Lalich escriben: "El control de las emociones equivale al control de la persona misma. Con actividades cuidadosamente planeadas para que parezcan espontáneas, como cantar, rezar y honrar al líder, se manipulan los sentimientos místicos y piadosos de los participantes.

Los sentimientos positivos están reservados para el grupo (o para el líder) y se manipulan para compensar la violencia física, emocional o sexual, la privación de los alimentos, de sueño o de dinero, el trabajo excesivo y el aislamiento de los miembros.

La mayoría de las sectas funcionan sobre el principio de placer / dolor: obsequian al adepto con algún regalo ocasional (quizá un día libre, una entrevista privada con el maestro, un ascenso en sus obligaciones)"

En los grupos sectarios que utilizan la Biblia, se cita frecuentemente 1 Pedro 5,8 donde dice: "[...] El diablo, su enemigo, ronda como león rugiente buscando a quien devorar" para implantar miedo en los adeptos a dejar el grupo. Se les dice que como el diablo siempre anda al acecho, dejar el grupo equivale a ser devorado.

Los grupos sectarios hablan mucho del fin del mundo para sembrar miedo.

La culpabilidad y el miedo propician el conformismo con las reglas del grupo. Muchos grupos amenazan con expulsar a la persona. Si una persona es expulsada ningún miembro del grupo puede hablar con él. El miedo a perder familia, trabajo y amistades le mantienen dentro aunque no crea en las enseñanzas. Hay quien comenta que está dentro del grupo a pesar no creer en sus doctrinas, por miedo a perder su trabajo.

Casi todos los grupos sectarios tienen su confesión de pecados. Pero no es como el sacramento de Reconciliación donde el católico puede escoger mantenerse anónimo. En los grupos sectarios los miembros hacen su confesión públicamente y por lo general delante de más de una persona. Dicen sus faltas delante de un comité de tres a cinco personas, o en algunos casos, se manifiestan los pecados delante de toda la congregación.

Al principio los sentimientos positivos están muy presentes, especialmente el amor (que de hecho es falso o por lo menos superficial) y promesas de un paraíso terrestre, paz en el mundo o un lugar especial en el cielo. Mediante visitas, atenciones, y algunas veces hasta dádivas, una persona puede sentirse abrumada con tanta amabilidad. Esto hace que las defensas de la persona bajen.

Cada grupo sectario, a la vez que promueve los sentimientos negativos, sabe que nadie puede estar sintiendo solamente esto. Entonces se aseguran de que sus miembros sientan y experimenten cosas espirituales como visiones, o sensaciones internas de Dios, inducidas artificialmente.

Los grupos sectarios se aprovechan de las personas en momentos de crisis, cuando se sienten agobiadas con dudas y penas. Por ejemplo: padres que perdieron hijos en accidentes, viudas y personas recién divorciadas se preguntan, ¿por qué me pasa esto?. Los invitan a sus servicios, les ofrecen la visión atractiva de un mundo sin problemas, etc.

Otros sentimientos son el orgullo y la fascinación de poseer algo diferente a los otros. Los grupos sectarios llenan el deseo de ser únicos, especiales, pero en un sentido no equilibrado.

Utilizan frases como: Somos los únicos con la salvación asegurada; Dios necesita tus talentos para su gloria; ¿no quieres saber los secretos del Universo que sólo pocos entienden? De allí la fascinación con el esoterismo, (astrología, ovnis) y el ocultismo, de muchos jóvenes.

La persona se siente fuertemente necesitada de un Ser Supremo. ¿Cómo te sentirías si te dijera que Dios te ha llamado para formar parte de un club exclusivo y que tienes dones y talentos que Dios quiere utilizar?

Tobías y Lalich dicen: "A los miembros del grupo sectario se les enseña a considerar al grupo y a ellos mismos como unos pocos seres escogidos, especiales, de élite, en el "reactor hacia la iluminación" (Meditación Trascendental), en el "camino más rápido" (Sant Mat)

font color="green">¿Cuáles son los miedos que los líderes sectarios implantan en sus adeptos?
1. Miedo a aquellos que están fuera del grupo
2. Miedo al fracaso, al ridículo y a la violencia dentro del grupo
3. Miedo a la frustración espiritual o a la desintegración del propio sistema de creencias
4. Miedo a mostrar las propias dudas a los líderes o a los otros adeptos
5. Miedo a dejar el grupo
6. Miedo a los propios líderes

¿Solamente los grupos sectarios no católicos utilizan el control mental?
No. Puede haber grupos y organizaciones con raíces católicas, políticas, terapéuticas y hasta económicas. Todos utilizan una ó más de las herramientas mencionadas que son psicológicas más que religiosas.

Cada una de las cinco técnicas de reforma mental por sí solos carecen de mucha fuerza, pero utilizados en conjunto son efectivas para controlar la mente de otro. Son sutiles. La persona no se da cuenta. En lo externo todos parecen felices. No sabe que otros también dudan porque existe poca comunicación íntima entre ellos, y menos cuando se trata de hablar en contra del grupo o el líder.

Mensajes dobles
Los psicólogos afirman que una madre que da a sus hijos mensajes ambiguos adopta una actitud perjudicial hacia ellos. Por ejemplo, usted puede decir a su hijo: "Yo te quiero", y luego, directa o indirectamente: "Vete de aquí, siempre me molestas". Un niño que recibe mensajes dobles crece en la inseguridad y se apega más a su madre porque no está seguro en su relación con ella.

Así pasa con los grupos sectarios. Comunican este tipo de mensajes: Dios es amor/Dios va a matar a todos, incluso a los niños que no están con nosotros. Dios habla por medio de nosotros/pero no somos sus profetas. Cada uno tiene que seguir su conciencia, pero no debe pensar independientemente de las autoridades

Conclusión
Los psicólogos dicen que una persona que tiene pensamientos y convicciones opuestos se siente inquieta y busca una manera de ser coherente con la situación (esto está relacionado con lo que los psicólogos llaman "disonancia cognoscitiva").

La fábula de la zorra que quiso las uvas pero no pudo alcanzarlas es un ejemplo de este fenómeno psíquico: Al final dijo que las uvas estaban agrias, para quedar tranquila. Para no sentirse mal, porque no las alcanzaba, se convenció de que las uvas estaban agrias.

Estas actitudes las tenemos todos. Las personas en los grupos sectarios también las tienen, y por eso aunque les mostremos todas las cosas malas de su grupo perseveran en él, ¡a veces con más convicción que antes! La persona no puede vivir tranquila con la idea de que perdió 10 ó 20 años de su vida en el grupo, y que está equivocada. Va a resaltar las cosas buenas y desechar las pruebas de que su grupo no tiene la verdad.

Artículo adaptado de:
El Control Mental en los grupos sectarios Dar razón de mi esperanza P. Daniel Gagnon, Ed. Oblatas y Carlos Alberto Jardón

Bibliografía:
"El terrible poder de las sectas" M. L. Tobías y J. Lalich, TIKAL. España
"El Poder de las sectas", Pepoe Rodriguez, España.




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