dilluns, de desembre 19, 2005

México, el trauma de su historia

Bueno. Espero que el maestro Edmundo O'Gorman no se moleste con que cite pasajes de su obra maestra, o más bien, obra maestra del historicismo mexicano. "México. El trauma de su historia", editado en 1977 y que narra devastadoramente la dicotomía del pensamiento mexicano y el aún más devastador efecto que semejante situación ha provocado en el desenvolvimiento del país. O'Gorman proponía que en el proceso de Independencia de México se dieron básicamente dos tesis, dos ideas de cómo debería ser el país, tesis que al final en realidad eran una. Cedemos la palabra al maestro:

CUADRO COMPARATIVO

1. El punto de partida común a ambas tesis

Con la independencia surgió el problema de constituir a la nueva nación, es decir, en el fondo, el problema de su identidad.

El lado empírico que le sirve de punto de partida al desarrollo de ese problema es la presencia de la modernidad -actualizada paradigmáticamente en Estados Unidos- como un mundo distinto al de la tradición representado por la vigencia del legado colonial.

2. El conflicto y su falsa disyuntiva

La oposición de esos dos mundos históricos provocó un conflicto entre los partidarios de uno y del otro. Fue así que el problema de identidad de la nueva nación quedó concebido como el de una disyuntiva entre seguir siendo como ya se era por herencia del pasado colonial, o llegar a ser, por imitación, como Estados Unidos. Para conservadores y liberales, por igual, se trata, pues, de un dilema entre dos posibilidades en el modo de ser de la nación mexicana, y para ver si, como se supone, ése fue realmente el dilema, vamos a examinar comparativamente y a fondo sus dos extremos.

3. Propósitos de la tesis conservadora

Constituir a la nueva nación de acuerdo con el modo de ser tradicional, aceptando como vigente el legado de la Colonia; pero no como mera prolongación estática, sino logrando un progreso social y material que rivalice con el de Estados Unidos, pero siempre en lo compatible con el modo de ser tradicional.

3. Propósitos de la tesis liberal

Constituir a la nueva nación de acuerdo con el modo de ser de Estados Unidos. Se alcanzará así la prosperidad social y material lograda por el modelo norteamericano.

4. Realización del propósito de la tesis conservadora

Guardar fidelidad a las creencia, valores y estructuras de la Colonia en lo compatible con la independencia, y comunicarles el impulso necesario para alcanzar la prosperidad apetecida.


4. Realización del propósito de la tesis liberal

Erigir en modelo el modo de ser de Estados Unidos para imitarlo con el repudio del modo de ser heredado de la Colonia.

5. Justificación de la tesis conservadora

El modo de ser que le corresponde a la nueva nación es el heradado de la Colonia como paradigma del único modo de ser que le es propio. No hay motivo para sustituirlo por otro. El pasado es el título justificativo de la tesis.

5. Justificación de la tesis liberal

El modo de ser que le corresponde a la nueva nación es el de Estados Unidos como paradigma del único modo de ser que debe hacer suyo. Es necesario repudiar el modo de ser heredado de la Colonia. El futuro es el título justificativo de la tesis.


6. Requisito de la tesis conservadora

Es requisito que la prosperidad que se postula como posible pueda alcanzarse sin vulnerar el modo de ser tradicional. En caso contrario, no se cumplirá con la finalidad fundamental de mantener aquel modo de ser.

6. Requisito de la tesis liberal

Es requisito que la prosperidad que postula como deseable pueda alcanzarse a pesar del modo de ser heredado de la Colonia. En caso contrario, no se cumplirá con la finalidad fundamental de apropiarse del modo de ser de Estados Unidos.


7. Condición de posibilidad de la tesis conservadora

Para que se cumpla ese requisito es condición necesaria suponer que las mudanzas del devenir histórico (en el caso , el logro de la prosperidad) no implican ninguna alteración en el modo de ser heredado de la Colonia.

7. Condición de posibilidad de la tesis liberal

Para que se cumpla ese requisito es condición necesaria suponer que el modo de ser heredado de la Colonia no difiere esencialmente del modo de ser de Estados Unidos. Sólo así el modo de ser tradicional no será impedimento para la imitación plena del modelo norteamericano.

8. La premisa fundamental de la tesis conservadora

A El modo de ser heredado de la Colonia -como todo modo de ser de los entes históricos- es la actualización en el devenir histórico de un sistema de creencias, ideas y valores.

B Paa suponer -como supone la tesis- que el modo de ser heredado de la Colonia es invulnerable a las mudanzas históricas, es necesario suponer, a su vez, que el sistema de creencias, ideas y valores correspondiente a ese particular modo de ser es de índole sustancial o esencial, es decir, inmutable.

C Pero como ese sistema de índole escencial se actualiza, como potencia, en un entre que se da en el devenir de la hsitoria y sujeto, por ese motivo, a la contingencia, la única manera de eximirlo de ella es presuponiendo que el sistema de crrencias, ideas y valores actualizado en ese ente comunica su índole esencial al devenir histórico, es decir, lo dota de un sentido esencial inmanente a él. Será, pues, su único "verdadero" sentido. De esa manera, en efecto, el modo de ser peculiar a ese ente resutará invulnerable a los cambios de la contingencia histórica a pesar de que se da en ella.

D Pero ¿cómo explicar, entonces, la existencia de entes históricos dotados de un distinto modo de ser? La respuesta es que, a diferencia de aquel ente privilegiado, se trata de entes cuyos sistemas de creencias, ideas y valores son meramente contingentes, es decir, que el sentido que le comunican al devenir histórico no es el "verdadero". Representan, por decirlo así, una especie de entes contra natura histórica cuyo destino es espurio por no estar vinculados al único y verdadero destino de la historia. Entes cuyo modo de ser es heterodoxo y en definitiva, contrarios a la verdad esencial de la historia; entes cuyos pueblos, pese a todas las apariencias, actualizan formas de barbarie respecto a la única y auténtica civilización.

E Se trata, en suma, de una visión providencialista de la historia. Concretamente, en el caso, del providencialismo católico tradicional, para el cual el devenir histórico es la realidad esencial -providenciall- en tanto que los entes históricos son accidentales, ya auténticso, ya inauténticos, según que su modo de ser se conforme o no al sentido trascendental de aquel devenir. Puede decirse, sin embargo, de los primeros, pero no de los segundos, que actualizan la esencia de la realidad histórica, y por ese motivo existe entre unos y otros un abismo impasable.

En esta visión de la historia tenemos la premisa fundamental de la tesis conservadora.


8. La premisa fundamental de la tesis liberal

A El modo de ser peculiar a Estados Unidos -como todo modo de ser de los entes históricos- es la actualización en el devenir histórico de un sistema de creencias, ideas y valores.

B Para suponer -como supone la tesis- que el modo de ser de Estados Unidos no difiere esencialmente del modo de ser heredado de la Colonia, es necesario suponer, a su vez, que ambos modos de ser responden a un mismo sistema de creencias, ideas y valores, es decir, que les es común.

C Pero como ese sistema de creencias, ideas y valores común a ambos modos de ser se actualiza, como potencia, en entes que se dan en devenir de la historia y sujetos, por ese motivo, a la contingencia, la única manera de mantener la identidad esencial de esos entes es presuponiendo que el devenir histórico es de índole accidental con respecto al modo de ser dichos entes. Así, la actualización del común sistema de creencia, ideas y valores es loq eud otará de sentido al devenir histórico. De esa manera, en efecto, los entes que se dan en la historia resultarán afectados por la contingencia de su marcha, pero sin vulnerar la esencia de su modo de ser.

D Pero, ¿cómo explicar, entonces, la existencia de entes históricos que aparecen como distintos? La respuesta es que, sin dejar de tener un mismo modo de ser, aquel sistema de creencia, ideas y valores común a todos se actualiza en grado distinto de plenitud. Ninguno constituye, pues, un contrasentido histórico; todos encarnan etapas distintas de un mismo y único desarrollo histórico. El destino es el mosmo para todos, y en ningún caso es espurio, puesto que todos participan en el destino común a la humanidad. Todos tienen un modo de ser auténtico, sólo que se sitúan en una escala de mayor o menor "atraso" respecto a los más "adelantados". Y pese a las apariencias, en todos germina la semilla de la civilización, cuyo fundamento último es la igualdad natural de todos los hombres.

E Se trata, en suma, de una visión progresista de la historia. Concretamente, en el caso, del dogma del progreso indefinido de la especie humana, para el cual el devenir histórico es una realidad accidental, mientras que los entes históricos son esenciales en cuanto que actualizan un único modo de ser histórico, si bien pueden ser "adelantados" o "retrasados", según el grado de plenitud en que actualicen ese único modo de ser. Debe decirse de los primeros, sin embargo, que su experiencia es modelo para los segundos a fin de que puedan fácilmente desechar lo que de lastre tiene el pasado, motivo de su atraso. Pero entre unos y otros no hay abismo impasable.

En esta visión de la historia tenemos la premisa fundamental de la tesis liberal.


9. La contradicción interna de la tesis conservadora

La tesis postula el proyecto de constituir a la nueva nación manteniendo en pureza el modo de ser de un ente estimado como actualización de la verdad inmanente al devenir de la historia.

La tesis postula, por otra parte, la posibilidad de que la nueva nación alcance la prosperidad social y material de un ente cuyo modo de ser se estima contrario a aquella verdad.

La contradicción es obvia.

9. La contradicción interna de la tesis liberal

La tesis postula el proyecto de canjear el modo de ser que, por herencia, tiene la nueva nación a cambio del modo de ser con que será dotada imitando el de Estados Unidos. Pretende, pues, el cambio en el modo de ser de un ente histórico por el de otro ente histórico.`

La tesis postula, por otra parte, que todos los entes históricos están dotados de un único y el mismo modo de ser, el que responde al sistema de creencias, ideas y valores del genéro humano por su común naturaleza. La contradicción es obvia: para canjear un modo de ser por otro, tienen que ser diferentes; se afirma, sin embargo, que no hay esa diferencia.

10. La incongruencia de la tesis conservadora

Para salvar la contradicción tiene que suponerse como posible tomar del ente estimado como históricamente inauténtico (Estados Unidos) los medios de su prosperidad, sin, por eso, adoptar su modo de ser.

Para que eso sea posible es preciso suponer que dichos medios son meramente accidentales al sistema de creencias, ideas y valores que sustentan el modo de ser del ente histórico estimado como inauténtico.

Pero, de ser eso así, no hay manera de entender por qué el ente auténtico tiene que tomar dichos medios del inauténtico, o si se quiere, por qué el ente inauténtico es, de hecho, el próspero y no así el auténtico.

Porque, una de dos: o la prosperidad es parte del plan providencial de la historia, y entonces, el ente estimado como inauténtico es auténtico; o no entran en ese plan, y entonces, el ente auténtico dejará de serlo al procurarla y alcanzarla.

En suma, la incongruencia de la tesis y el motivo de su interna contradicción estriban en suponer que la prosperidad del ente que, por su modo de ser, se estima auténtico, no es la expresión de ese modo de ser, sino algon mostrenco y apropiable.

10. La incongruencia de la tesis liberal

Para salvar la contradicción tiene que suponerse que ese único modo de ser de todos los entes históricos puede diferenciarse sin perder su singularidad.

Para que eso sea posible es preciso suponer que esas diferencias sean accidentales respecto al sistema de creencias, ideas y valores que sistentan aquel único modo de ser. Dicho de otra manera, que ese sistema se actualiza en un modo de ser esencial y por tanto, inmutable. Se trata, pues, de diferencias, no el modo de ser, sino en el grado que lo actualizan. Así, unos entens aparecen como más "adelantados" y otros, más "atrasados" en el devenir histórico, o sea en el proceso de actualización de aquella esencia.

Pero de ser así, no hay manera de entender por qué no hay un solo ente histórico en una determinada etapa de desarrollo o grado de actualización del modo esencial de ser, o si se prefiere, por qué en la realidad histórica hay entes en distinta etapa de desarrollo, puesto que todos tienen el mismo modo esencial de ser.

Porque una de dos: o todos los entes históricos actualizan un único sistema de creencias, ideas y valores, es decir, todos son por esencia el mismo, y entonces, no puede haber entes históricamente diferentes; o no lo son, y entonces, puede haberlos, pero no ya como unos entes "adelantados" respecto a otros "atrasados", sino diferentes por actualizar distintos sistemas de creencias, ideas y valores, es decir, como entes de un mismo género per distintos en especie.

En suma, la incongruencia de la tesis y el motivo de su interna contradicción estriban en suponer que la diferencia que muestran los entes históricos no es expresión de modos de ser esencial en distintas etapas de su desarrollo.

11. Imposibilidad de la tesis conservadora

Lo anterior se reduce a que la tesis reconoce implícitamente la compatibilidad de dos modos de ser históricos que, por otra parte, postula explícitamente como incompatibles.

Así, el proyecto de la tesis conservadora resulta de imposible cumplimiento, porque el conflicto planteado por el enfrentamiento (que trajo la independencia) entre le modo y modo de ser moderno (Estados Unidos) no es, como pretende la tesis, el de seguir siendo como ya se es (auténtico) o dejar de serlo para ser de otro modo (inauténtico), sino el de seguir siendo como ya se es (civilizado) y al mismo tiempo ser de otro modo (bárbaro).

Para ser congruente consigo misma y leal como sus partidarios, la tesis conservadora tendría que abdicar a un porvenir para la nueva nación como el de los pueblos modernos y en el límite, reducir su proyecto de vida al proyecto de muerte de mantener indefinidamente en el futuro el status del pasado. En otros términos, tendría que proponer que la nueva nación dejara de ser, precisamente, una nación nueva.

La cosa es clara: seguir siendo como la Colonia equivale a ser la Colonia; pero se trata, sin embargo y además, de ser como Estados Unidos. Tal es el absurdo y la imposibilidad del proyecto de la tendencia conservadora.

11. Imposibilidad de la tesis liberal

Lo anterior se reduce a que la tesis reconoce implícitamente la incompatibilidad de dos modos de ser históricos que, por otra parte, postula explícitamente como compatibles.

Así, el proyecto de la tesis liberal resulta de imposible cumplimiento, porque el conflicto planteado por el enfrentamiento (que trajo la independencia) entre el modo de ser moderno (Estados Unidos) y el modo de ser tradicional (la Colonia) no es, como pretende la tesis, el de dejar de ser como ya se es (atrasado) para ser de otro modo (adelantado), sino el de ser de otro modo (moderno) y al mismo tiempo seguir siendo como ya se es (tradicional).
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Para ser congruente consigo misma y leal con sus partidarios, la tesis liberal tendría que abdicar al modo de ser tradicional que la nueva nación heredó de la Colonia, y en el límite, reducir su proyecto de vida al proyecto de muerte de anexarla a Estados Unidos. En otros términos, tendría que proponer que la nueva nación dejara de ser, precisamente, una nación nueva.
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La cosa es clara: se como Estados Unidos equivale a ser Estados Unidos; pero se trata, sin embargo, además, de seguir siendo como la Colonia. Tal el absurdo y la imposibilidad del proyecto de tendencia liberal.
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12. Conclusión de la tesis conservadora
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La tesis conservadora postula explícitamente como esencia el modo de ser colonial, pero, implícitamente, quiere el modo de ser norteamericano. Es decir, quiere mantener la tradición, pero sin rechazar la modernidad, o para decirlo de una vez, sólo quiere de ésta su prosperidad.
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En suma, la tesis conservadora acaba por reconocer a posteriori el a apriori de la tesis liberal, es, a saber: la necesidad de alcanzar la prosperidad de Estados Unidos.
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12. Conclusión de la tesis liberal
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La tesis liberal quiere explícitamente el modo de ser norteamericano, pero, implícitamente, postula como esencia el modo de ser colonial. Es decir, quiere adoptar la modernidad, pero sin rechazar la tradición, o para decirlo de una vez, sólo quiere de aquélla su prosperidad.
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En suma, la tesis liberal acaba por reconocer a posteriori el a priori de la tesis conservadora, es, a saber: la necesidad de mantener el modo de ser colonial.
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El análisis comparativo que acabamos de realizar nos ofrece un resultado desconcertante y como se verá, enormemente significativo.
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Tenemos dos tesis internamente contradictorias que, para salvar su paralogismo, se ciegan a la evidencia de la realidad histórica: la tesis conservadora tiene que negar que la prosperidad de Estados Unidos es consubstancial a su modo histórico de ser; la tesis liberal, por su parte, tiene que negar que la diferencia que separa Estados Unidos de la nueva nación es en el modo de ser histórico de ambos puebos, es decir en sus respectivos sistemas de creencias, ideas y valores y no meramente, como pretende, en el grado o etapa de un mismo homogéneo desarrollo.
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Tenemos dos tesis correspondientes a dos tendencias que se combaten como opuestas por sus respectivos objetivos, y fundadas en dos visiones diferentes del devenir histórico; pero dos tesis que acaban postulando lo mismo, a saber; hacerse de la prosperidad de Estados Unidos, pero sin renunciar al modo de ser tradicional por estimarse éste como de la esencia de la nueva nación. Ambos quieren, pues, los beneficios de la modernidad, pero no la modernidad misma.
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Esta coincidencia en el objetivo no es de sorprender desde el punto de vistaa del fundamente de las dos tesis, porque, en definitiva, la visión progresista ilustrada que sustenta a la tesis liberal no es sino una versión desacralizada de la visión providencialista católica que sirve de cimiento a la tesis conservadora. Ambas son teleológicas con la variante -decisiva desde el punto de vista religioso, pero no para los efectos que nos interesan- de que los "designios providenciales" quedan concebidos, según la expresión kantiana, como "intenciones de la naturaleza", los cuales, por otra parte, no excluyen necesariamente un propósito divino.
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Tenemos, por último, dos tesis cuyos proyectos de acción son distintos, pero cuya meta -ya lo vimos- es la misma, aunque de imposible realización. No se puede, como pretende la tendencia conservadora, seguir siendo como la Colonia y a la vez ser como Estados Unidos. Tampoco se puede, como pretende la tendencia liberal, ser como Estados Unidos y a la vez seguir siendo como la Colonia.
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He aquí, pues, la conclusión fundamental de nuestro análisis: si bien el problema de identidad de la nueva nación quedó concebido como una disyuntiva entre dos posibilidades, la de seguir siendo como ya se era por herencia del pasado colonial, o la de ser, por imitación, como Estados Unidos, lo cierto es que se trata de una disyuntiva entre dos imposibilidades: la de la tendencia conservadora, por necesidad ineludible de atender a las exigencias de un porvenir que se ofrece como alucinante; la de la tendencia liberal, por necesidad, no menos ineludible, de atender a las exigencias de un pasado venerable y venerado. Y fue así que el conflicto conservador-liberal -suceso eje de nuestra historia- encerró la gran cuestión de la identidad nacional en una encrucijada de incompatibilidad entre el pasado y el futuro, monstruosa coyuntura que, por obvia conexión simbólica, creemos poder dsignar como la "Encrucijada de Jano".