dissabte, d’abril 29, 2006

La venganza retrógrada o las chachalacas del siglo XIX


Otra pieza que estudio actualmente es un grabado muy difundido del siglo XIX intitulado "El Congreso de Viena", original en pintura de Jean-Baptiste Isabey (1767-1855), de 1819, cuya reproducción en estampas fue profusa, toda vez que servió de souvenir, foto oficial e icono de aquel acontecimiento.



Estudiar el antedicho congreso, de 1815, es viajar a través de los hitos del conservadurismo más rancio de Europa. Derrotado Napoleón, las Potencias, Austria, Francia restaurada en monarquía, Gran Bretaña, Prusia y Rusia se reunieron para reordenar las monarquías, mapas y cinturones de contención o de poder en la Europa de la restauración. Para no ofender y para dictarles la línea a seguir, las potestades convidaron de cojín a potencias secundarias como España, Portugal y Suecia. Básicamente se trataba el asunto de volver a un vivir anti-republicano y pre-napoleónico.

El grabado de mi interés es una fascinante exploración del retrato épico. Es al mismo tiempo un documento historizante, y un icono para dar a entender claramente quien está a cargo de las cosas. Lo que se ve en la escena no sucedió en realidad. En ningún momento los representates de las potencias se reunieron en capítulo, congreso o para dictar una declaración conjunta o resumen final. Mucho menos posaron para el pincel del retratista oficial del evento, Isabey. Los encuentros se daban en salones individuales, con dos o tres ministros participando a la vez, de manera muy discreta, entre tanto, los anfitriones austríacos organizaron un programa de entretenimiento para las señorías que no tenían compromisos, citas o encuentros programados. Decían que el Congreso de Viena era un gran baile.

En fin, el grabado es muy interesante en tanto composición, ya que el artista tuvo que cuidar muy meticulosamente tanto la retratística, digamos, netamente pictórica, y la política. Había de estudiar con cuidado dónde poner a cada cual, la posición, el ademán, el compañero de mesa o del costado, etc. En fin, en tanto composición la pieza es harto atractiva, pero lo es aún más en lo referente al estudio de la iconografía del poder, un tema que a mí me llama poderosamente la atención. Ideológicamente, empero, puede llegar a molestarme toda aquella caterva de colusión conservadora, todos esos representantes de las más rancias, retrógradas y reaccionarias oligarquías europeas, que poco después emprenderían la nefastísima labor de repartición y colonialización del mundo. En fin, me queda mucho por reflexionar en este tema, cosa sobre la cual ya les iré informando.

4 comentaris:

Unknown ha dit...

EN que museo está este cuadro? me podrias decir por favor?

Unknown ha dit...

Hola, me podrias hacer el favor de decirme en que museo se encuentra este cuadro?

Gracias

Unknown ha dit...

EN que museo está este cuadro? me podrias decir por favor?

Marco Antonio Silva Barón ha dit...

Es una estampa de la colección del Museo Nacional de San Carlos, ciudad de México