divendres, de juny 09, 2006

Las ideas estéticas de Marx - 4ta. parte

Resumen de Las ideas estéticas de Marx
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Por Karla Roalandini Beyer
Historiografía del Arte
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Ideas principales
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PRODUCCIÓN MATERIAL Y ARTÍSTICA
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· En la producción capitalista, el hombre se deshumaniza y enajena, desapareciendo tras un mundo de mercancías. Existe en este sentido hostilidad de la producción material hacia la producción espiritual del hombre, tal como la artística.
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· El hombre es un instrumento más de la producción, es un productor de plusvalía, por lo cual no se reconoce a sí mismo en su trabajo, en lo que produce, pues lo hace para otro –el capitalista-, a quien sólo le interesa la producción en la medida en que genera ganancia.
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· El objeto, resultado del trabajo, del obrero, ha perdido significación humana. La producción material deja al hombre fuera de la relación sujeto-objeto.
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· El trabajo pierde su dimensión de actividad libre, creadora, humana; cobrando un sentido meramente económico: la generación de plusvalía. La producción material es hostil al trabajo creador, y por lo tanto a lo artístico.
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· El goce o consumo del objeto se agota en la posesión del mismo.
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· El objeto de trabajo reporta cierta utilidad. La diferencia entre un trabajo enajenado y uno humano o libre es el reconocimiento que tiene el hombre de sí mismo en lo que produce. En el trabajo enajenado existe una utilidad material, mientras que en el artístico, una espiritual.
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· Marx considera al arte superior al trabajo, pues éste es capaz de humanizar al mundo y enriquecer la capacidad de comunicación.
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· No existe una oposición radical entre arte y técnica, pues el hombre es capaz de integrar el mundo técnico en el de lo bello (estetización de lo técnico). Existe entre la producción material y la artística una diferencia de orden cualitativo, mas no una oposición radical (como Kant la establece en su Crítica del juicio).
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· Cuando el trabajo pierde su carácter creador (por las condiciones económicas sociales), es cuando existe una diferencia con la producción artística.
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· La amenaza que existe sobre el arte, es la de ser regido por la ley de la producción de plusvalía; de trabajo asalariado y por lo tanto enajenado.
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EL ARTE COMO TRABAJO CONCRETO. VALOR ESTÉTICO Y VALOR DE CAMBIO
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· En una sociedad basada en el intercambio de productos, el arte no puede salvarse de ser considerado como una mercancía. Cuando las necesidades que los productos satisfacen no son las personales o comunitarias, sino las del mercado, el valor de uso de los mismos desaparece, para dar importancia al valor de cambio. “Como valores de uso, las mercancías representan, ante todo, cualidades distintas; como valores de cambio, sólo se distinguen por la cantidad: no encierran, por tanto ni un átomo de valor de uso.”
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· Cuando el objeto tiene un valor de uso, establece una relación y significación humana; el valor de cambio por su parte es un atributo de la cosa y por lo tanto sin significación humana.
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· Al trabajo que se encamina a la satisfacción de necesidades humanas, cuyos productos tienen por lo tanto valor de uso, se le conoce como trabajo concreto.
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· Por su valor de uso cada objeto vale por sí mismo en cuanto a sus cualidades y necesidades que satisface. Para que sean equivalentes, sus cualidades han de ser borradas así como su utilidad; para ser considerados cuantitativamente; es decir, por su valor de cambio, el cual se mide por la cantidad de trabajo que encierra y el tiempo necesario para la producción.
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· Cuando el trabajo se encamina a la generación de productos cuyo valor es el de cambio, es un trabajo general abstracto: es decir pierde su carácter cualitativo y se homogeniza, siendo indiferente tanto a su forma como a su contenido. “En el se borra la individualidad de los trabajadores.”
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· El arte satisface una necesidad humana de expresión, comunicación; y tiene un valor de uso particular: su relación con las necesidades humanas, arte para el hombre.
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· Cada obra de arte es única e irrepetible y por lo tanto el trabajo artístico no es abstracto, sino concreto: no establece relaciones cuantitativas. Lo que interesa en el trabajo artístico es el producto en un sentido cualitativo, mas no cuantitativo.
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· Al entrar al mundo de las mercancías, al arte se le atribuye valor de cambio; perdiendo por lo tanto su significación humana –su valor de uso-. La obra ya no descansa en sí misma, como trabajo donde el hombre se reconoce, ni en sus cualidades estéticas, sino en su capacidad para producir ganancia. Se da por lo tanto una reducción del trabajo concreto al abstracto; de lo cualitativo a lo cuantitativo.
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PRODUCTIVIDAD E IMPRODUCTIVIDAD DEL TRABAJO ARTÍSTICO
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· La producción capitalista considera que lo productivo es aquello que genera plusvalía.
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· El trabajo artístico al caer bajo la ley de la producción material capitalista, es considerada una actividad productiva. Cuando el arte sólo crea un valor de uso y no de cambio, es un trabajo improductivo; pues sólo satisface necesidades de expresión, sin generar plusvalía.
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· La productividad no depende del carácter del trabajo –físico o artístico-, sino en la finalidad de crear plusvalía. No interesa el contenido concreto del trabajo, ni su utilidad. Así, el trabajo artístico pierde su naturaleza específica y se torna en mera mercancía. Es decir, el trabajo artístico se somete a las leyes del trabajo asalariado – o se acerca a éste-, perdiendo su carácter libre y creador y por ende artístico.
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· El trabajo artístico solamente puede salvaguardar su esencia en la medida en que sea una actividad improductiva.
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EL TRABAJO ASALARIADO Y LA ACTIVIDAD ARTÍSTICA
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· La naturaleza del trabajo es ser una actividad creativa. El trabajo es creación: creación de un nuevo ser. Sin embargo en una sociedad dividida en clases, éste pierde su carácter libre y creador para ser una actividad enajenada: trabajo asalariado.
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· Marx establece una analogía entre arte y trabajo, al ser esencialmente actividades libres y creadores. Señala su oposición cuando el trabajo pierde su carácter de arte; es decir, creador. La producción material capitalista es la que opone el trabajo al arte, pues lo despoja de su carácter vivo y libre.
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· Esta situación también afecta al arte, al tornarlo en una actividad productiva; entrando en contradicción consigo mismo, al negar sus características esenciales, asemejándose al trabajo asalariado. (Producción para el mercado)
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LA LIBERTAD DE CREACIÓN Y LA PRODUCCIÓN CAPITALISTA
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· El arte sujeto a las leyes de producción material capitalista, anula su libertad de creación en aras de los gustos e ideales que imperan en el mercado. Existe pues, una incompatibilidad entre la libertad de creación artística y la creación para el mercado.
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· El artista que crea por una necesidad de expresión, entra en conflicto con el sistema económico-social, pues éste limita sus posibilidades creadoras.
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· La producción capitalista tiende a extender sus leyes sobre cualquier actividad, es por ello, que el arte también se ve afectado de manera hostil, pues le reduce a un tipo de trabajo abstracto, sin libertad creadora, e incluso enajenado. Esta situación pone en peligro la misma esencia del arte.
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EL DESENVOLVIMIENTO DEL ARTE EN LAS CONDICIONES HOSTILES DEL CAPITALISMO

· A pesar de la hostilidad del sistema de producción capitalista hacia el arte, éste no se ha estancado, incluso ha habido etapas de florecimiento en poesía, música, novela, pintura.
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· Gran número de artistas no viven de su producción artística, sobre todo en países de poco desarrollo económico, pues su arte no reviste algo trascendental para el mercado. Sin embargo, en los países capitalistas, los artistas pueden vivir, ejerciendo su actividad creadora como una profesión, incluso existiendo un sector que logra mantenerse al margen de las exigencias del mercado. Es decir, el grado de sujeción al mercado depende del grado de desarrollo capitalista del país. Cuando las diversas formas de producción van adquiriendo una forma capitalista, ésta se extiende a otras áreas tales como la ciencia, la enseñanza, el arte.
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· No todas las disciplinas artísticas son igualmente afectadas por las leyes de la producción capitalista; algunas se ven más afectadas que otras. “Cuanto más profundo es el interés por la productividad material de la obra de arte […] tanto más se limita la libertad de creación, tanto más es dirigido el proceso creador y tanto más se intenta ajustarlo a prescripciones que aseguren la aceptación de un público masivo.”
[2] Este tipo de limitantes afectan en el proceso creador: el tema, la forma de abordarlo, la realización formal, etc.
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· La hostilidad capitalista no logra imponerse sobre el trabajo artístico plenamente, para reducirlo a un tipo de actividad enajenada, mecánica. El artista, aún el que produce para el mercado en ocasiones, se resiste a la uniformidad. Esto, sin embargo no invalida la tesis de Marx con respecto a la hostilidad de la producción material capitalista a la producción artística.
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PRODUCCIÓN Y CONSUMO (CREACIÓN Y GOCE)
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· El proceso de producción no se agota en sí mismo, sino que se relaciona no sólo con el mismo productor, sino también con el que consume – o goza- el objeto, resultado de este proceso, para satisfacer sus necesidades. Este es el sentido social de la producción. “El producto sólo conoce su cumplimiento final en el consumo.”
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· Las necesidades que satisface un objeto son dobles, pues lo hace en el trabajo creador, dirigido al productor, y por otro al que lo consume. La producción artística satisface la necesidad de expresión del artista y también la de goce del que contempla la obra de arte. La obra de arte sólo cumple su función cuando es percibida y aprehendida por otros.
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· Producción y consumo son procesos que se complementan mutuamente. Sin uno, el otro no se puede dar. El consumo es el móvil de la producción y es éste el que determina su función social: el goce o apropiación de lo producido. La producción por su parte, no juega un papel pasivo, pues es ésta la que hace posible el consumo efectivo y también determina el modo en que el objeto –u obra de arte- ha de ser consumido. Es decir, el objeto no es indeterminado, sino que tiene ciertas características que definen la forma en que ha de ser apropiado.
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· La producción también crea al sujeto adecuado al objeto que ha de consumirse. Por ejemplo, en el arte, se forma un público apto para comprenderlo y gozarlo. “La producción […], no sólo produce un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto.”
[4] Sin embargo en la creación artística no se da una producción pasiva que se subordine al consumo, pues no existen modos determinados para gozar de una obra de arte, mas si una educación u orientación.
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LA CREACIÓN Y EL GOCE ESTÉTICOS COMO FORMAS DE APROPIACION HUMANA

· Producción y consumo son dos tipos de apropiación diferentes. La producción se apropia de un material, para transformarlo y crear un objeto nuevo que surge para satisfacer una necesidad, que habrá de cumplirse en el proceso de consumo.
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· Tanto el productor como el consumidor se hallan condicionados socialmente. Así, las formas de producción y consumo o goce artístico funcionan de la misma manera. Apropiarse de un objeto artístico, es hacerlo de su significación.
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· En una sociedad capitalista, los procesos de apropiación implican un empobrecimiento humano del sujeto, pues tener se impone al ser. Ser y poseer se identifican. Hacer propio un objeto verdaderamente, es hacerlo de su significación humana: de su sentido de objeto producido por y para el hombre; en esto radica también su condición estética en contraposición a su simple riqueza material.
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· “[…]la relación de posesión cierra el paso a la actitud estética, al goce estético.”
[5] Cuando una obra de arte se vuelve mercancía, su apropiación radica en su posesión, en su compra; para lo cual no se requiere ni sensibilidad ni gusto estético para significarla verdaderamente.
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· “El arte es, pues, creación individual destinada, por su propia esencia, a rebasar el ámbito de su creador, en cuanto creación para otros. El arte es doblemente social.”
[6] Es diálogo, comunicación y su consumo es por lo tanto social y abierto. La posesión privada de una obra de arte modifica el sentido social de la misma.
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[1] Adolfo Sánchez Vázquez, Las ideas estéticas de Marx, Biblioteca Era, México, 1982, p. 187
[2] Ibidem. p. 218
[3] Ibidem. p. 223
[4] Ibidem. p. 227
[5] Ibidem. p. 231
[6] Ibidem. p232