Ayer fui a ver Duro de Matar 4, con el primerísimo actor Bruce Willis, acompañado de otros finérrimos talentos. Ya nada más falta que se filmen una película tipo Bruce Willis vs. las momias de Guanajuato, o Bruce Willis vs. las Vampiras Ojetas. Definitivamente todo el asunto de Die Hard es casi vintage, al borde de demodé y profundamente ochentero. El personaje en sí mismo es una reliquia ultraconservadora que bien le sirve a la rabiosamente ultraderechista sociedad gringa de la presente década. Ah, y la película sí que está divertida. Digo, si uno quiere olvidarse de todo un rato y entrar al mundo raro de la paranoia gringa, pus andenlanten! También estuve viendo la comedia de más éxito en el canal 13, se llama Mientras haya vida, o algo así. Es una historia de la working-class-meets-the-rich muy chistosa, llena de sudamericanos y vistas alternadas entre Tlatelolco y algún barrio chic imaginario. Como siempre, las novelas mexicanas atacan el lado más pueril e irracional de los gusto populacheros, y supongo que ahí reside el éxito del citado culebrón. Bueno en fin, seguiré viendo cultura pop y ya les contaré qué resulta.
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