Iconología de Panofsky.
2000.
“ESTUDIOS SOBRE ICONOLOGÍA” DE ERWIN PANOFSKY
INTRODUCCIÓN
Erwin Panofsky (1892-1968) fue uno
de los más importantes historiadores del arte del siglo XX, nacido en Alemania,
y posteriormente afincado en los Estados Unidos, realizó numerosos estudios
sobre el arte desde el Medievo hasta el Barroco. Panofsky tenía interés en
estudiar la Iconografía, y las disciplinas alrededor de ella. En su obra
“Estudios sobre iconología” muestra un método de análisis e interpretación que
someramente resumiré.
Interpretación
con respecto a la vida diaria:
En el texto se define a la
Iconografía como ‘la rama de la Historia del Arte que se ocupa del contenido
temático o significado de las obras de arte, en cuanto algo distinto de su
forma’. En un primer tiempo, el autor aborda el tema de cómo interpretamos las
cosas, objetos, ademanes, o situaciones que vemos en la vida diaria; entonces
procede a definir los términos con los que él entiende el análisis de los mismos;
así, intenta definir la diferencia ente un
contenido temático o significado
por un lado, y forma, por el otro.
Al ver un objeto, se logra
identificar un significado fáctico
(lo que es pragmáticamente hablando); la reacción al objeto da como resultado un
significado expresivo; y la
combinación de ambos forman el significado
primario de lo que vemos. Después, cuando se interpreta un gesto, o la
acción de un objeto se llega al significado
secundario, que es más bien inteligible. El significado extrínseco está por encima de las voliciones
conscientes, sustenta y explica la
manifestación visible del objeto/sujeto y el significado inteligible.
Así pues: ‘trasladando este análisis
de la vida diaria a la obra de arte, podemos distinguir en su contenido temático
o significado de estos tres mismos niveles”
EL MÉTODO
1. Contenido temático natural o primario subdividido en Fáctico y Expresivo:
En este punto,
se realiza una descripción pre-iconográfica de la obra de arte: formas puras,
objetos naturales, además se identificarán cualidades y expresiones de los
personajes; gestos (de una expresión feliz a una de molestia), la atmósfera en
que se encuentren, además de motivos artísticos. En esta fase del análisis,
puede basarse en la experiencia práctica de reconocer formas y comportamientos.
2. Contenido Secundario
o Convencional:
En la segunda etapa se emprenderá la relación de los
motivos artísticos (composiciones), con temas o conceptos. Por “motivos
artísticos” podremos entender que se tratan de aquellos elementos que son
portadores de un significado secundario o convencional; lo que comúnmente
llamamos también “imagen”; o
tradicionalmente, “historias y alegorías”.
Empero, el
análisis presupone que el intérprete esté familiarizado con los temas o
conceptos específicos, o sea, el potencial contenido secundario o convencional,
tal y como han sido transmitidos a través de las fuentes literarias. Se debe
estar consciente de lo que Panofsky denomina “Historia de los tipos”: saber
cómo y con qué elementos se han representado los motivos artísticos durante las
diversas etapas históricas. El conocimiento de las fuentes literarias no
garantiza en ningún momento la infalibilidad al momento de la identificación.
3. Significado Intrínseco
o Contenido:
Aquí se trata
de una interpretación iconográfica en un sentido más profundo; se intenta dar
el paso a una transición directa de motivos a contenido: se señalarán periodos
o fenómenos excepcionales, las fases tempranas, medias o tardías de alguna
forma de expresión artística. El análisis contemplará el conocimiento de los
síntomas culturales o símbolos en
general. Para comprender estos principios (la interpretación profunda), se
necesita de una facultad mental similar a la del individuo que efectúa un
“diagnóstico”, lo que Panofsky llama “intuición
sintética”, aunque cualquier aproximación intuitiva siempre estará
condicionada por la psicología y la Weltanshauung
del intérprete. Así, del mismo modo que nuestra experiencia práctica tiene que
ser controlada por una percatación de la manera en la cual bajo condiciones
históricas diferentes temas y conceptos específicos son expresados por objetos
y acciones (historia de los tipos), igualmente la intuición sintética debe ser
controlada, para poder se capaces de distinguir entre épocas y tendencias
generales dentro de la expresión artística humana, o tradición.
Posteriormente,
el autor se dedica a explicarnos los rasgos que el considera pertinente
mencionar acerca de la iconografía en el Renacimiento, y nos explica como entiende él el proceso por el cual estos
se manifestaron.
Iconografía en el Renacimiento:
Panofsky afirma
que aquel periodo que denominamos la “Edad Media”, no estuvo ciega en tanto los
valores artísticos de la época Clásica: ya que continuamente se interesaba por
ellos; lo mismo por sus valores visuales como por sus valores literarios.
Afirma que en la cumbre del arte medieval (siglos XIII y XIV), no se usaban los
motivos clásicos para la representación de los temas clásicos, al mismo tiempo
que, recíprocamente, los temas cristianos no eran expresados a través de los
motivos medievales.
Se nos indica
que esto debe a la diferencia entre la tradición representativa y la textual;
ya que en aquella época se copiaban modelos que los artistas tenían a la mano,
o inventaban los motivos de acuerdo con alguna tradición o fuente literaria.
Desde el final de la Antigüedad se realizó una gran recolección de las
historias o de la tradición con respecto de la mitología, lo mismo ocurrió
durante la Edad Media; todas estas recopilaciones y posteriores comentarios a
ellas servirían de fuente literaria para los Renacentistas.
La separación
de los temas clásicos de los motivos clásicos tuvo lugar no por falta de una
tradición figurativa, sino a pesar incluso de esa tradición. En cualquier lugar
donde se hallaba una imagen “clásica”, probablemente fue copiada, pero en
medida que la civilización medieval llegó a su clímax, los motivos artísticos
no se refirieron sino más bien a los temas medievales. No fue sino hasta el
Quattrocento italiano que ocurrió la reunión entre motivos y temas clásicos. Se
reintegraron y formaron un cuerpo más coherente entre lo que se copiaba y lo
que se quería decir.
Algunos ejemplos mencionados por
Panofsky:
En el siglo IX las ilustraciones de
un texto referente a la astronomía contienen imágenes mitológicas tales como
Perseo, Hércules o Mercurio; que se representan de una manera totalmente
clásica, aunque más bien toscas.
Siglos más tarde, aquellas imágenes
“clásicas” caen al olvido y son sustituidas por otras, inventadas en su mayor
parte, además irreconocibles de cualquier atisbo de clasicismo: la Venus podía
aparecer representada como una elegante joven realizando alguna actividad
delicada; Júpiter aparecería como un juez; y Mercurio como un clérigo o algún
viejo estudioso. No fue sino hasta el Renacimiento que Júpiter recobró su
aspecto del Zeus clásico, ni Mercurio la juvenil belleza de Hermes.
CONCLUSIÓN
Creo que la apreciación de Panofsky
es muy rica en tanto que se realiza el análisis total de una obra de arte, con
respecto a su método solo puedo concluir que se debe explorar, experimentar y
poner a la práctica para obtener los resultados propios y así poder hacer
discriminación entre los distintos métodos propuestos por los teoristas de la
Historia del Arte.
BIBLIOGRAFÍA
Panofsky,
Erwin, “Introducción”, en Estudios sobre
Iconología, Alianza Universidad, Madrid, 1984.
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