dimarts, de setembre 27, 2016

Colección de apuntes 2


Apunte 2.
Santa Sofía.
1999.

ANTECEDENTES


Constantinopla. Se convirtió en capital en el año 330, tras proclamarse el cristianismo religión oficial del Imperio Romano. El emperador Constantino trasladó la sede del Estado a Bizancio, y le dio su nombre a la ciudad, en honor de sí mismo, se preocupó por embellecer la ciudad con palacios e iglesias. En el año 395, Teodosio dividió al Imperio entre sus hijos. El esplendor de Constantinopla perduró varios siglos, durante los cuales florecieron las letras y las artes. Pese a los embates de los bárbaros de Europa y los invasores musulmanes, la ciudad resistió hasta que finalmente fue conquistada por los turcos en 1453. La caída de este baluarte cristiano sembró el pánico en toda Europa. Los artistas e intelectuales bizantinos huyeron en su mayoría a los países cristianos, donde ayudaron en gran medida al despertar intelectual del continente.


Justiniano I (ca.482-565). Emperador de Oriente que gobernó desde el 527 a su muerte, fue el constructor de suntuosas obras, tales como acueductos, iglesias, puentes y fortificaciones, aunque lo más sobresaliente de su obra es Santa Sofía. Sus obras salen del ámbito espacial griego, ya que también construyó iglesias y palacios en Ravena. En el plano militar, combatió a vándalos y a los persas; intento hacer de Oriente y Occidente uno mismo de nuevo.


LA IGLESIA DE SANTA SOFIA


La construcción de la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla se realizó entre los años 532 y 537 de nuestra era; fue el templo más importante del Imperio Bizantino, en su estructura y concepción se funden las tradiciones constructivas y organizativas del Imperio Romano con las tradiciones orientales. Su escala y magnificencia no tuvieron comparación ni precedentes. Fue levantada en un plazo relativamente corto: cinco años. Dos equipos de cinco mil operarios trabajaban simultáneamente en las alas oriental y occidental. Tan grandiosa y atrevida es la construcción que el día de la inauguración Justiniano exclamó que había vencido a Salomón, evocando la majestuosidad de templo de Jerusalén. Fue consagrada en el año 563. Después de más de novecientos años como templo cristiano, tras la toma de Constantinopla por Mohamed II, el edificio fue trasformado en mezquita, por lo que también sufrió modificaciones de relevancia. Después de la proclamación del moderno estado turco en el siglo XX, se removieron todos lo yesos que cubrían los muros y se cerró al culto la mezquita, para convertirla en un espacio artístico abierto a la admiración general. Los arquitectos encargados fueron  Anthemius de Trales e Isidoro de Mileto.

CARACTERISTICAS CONSTRUCTIVAS


Este monumental edificio consta de una enorme nave central, de 68.6 x 32.6 metros, coronada por una cúpula nervada de ladrillo y piedra. El edificio cupulado está revestido en su interior de mármoles y brillantes mosaicos, con los que se realza al máximo la iluminación natural. Exteriormente presenta un complejo conjunto de cúpulas apoyadas en inmensos muros y contrafuertes sin decoración. Los alminares son posteriores al año de 1453.


Solución al problema de las cúpulas:


Debido a la carencia de puzolana  para el hormigón, los constructores bizantinos no pudieron hacer uso de la técnica de edificación en hormigón con la que se levantaron cúpulas como la del panteón. Se tuvo que emplear una técnica a base de ladrillo colocado con gruesas capas de mortero (piedra), que también permitía una notable rapidez en la construcción.


La escala de la cúpula venía condicionada por el precedente del Panteón en Roma, que había establecido los límites constructivos para una cúpula monolítica. Varios siglos después de su construcción, la cúpula de Santa Sofía sufrió un hundimiento. Como solución fue reconstruida con mayor peralte (lo que excede del semicírculo la altura de un arco), dándoles mayor altura y peso a los contrafuertes exteriores.


Perfil del edificio: 

La cúpula central, más rebajada que la actual, sufrió importantes daños en un terremoto que se produjo en el año 557, tras el cual fue reconstruida con mayor concavidad, para darle más resistencia. Los contrafuertes son añadidos turcos.


Cúpula central:

La cúpula central está contrarrestada por las semicúpulas oriental y occidental, que en conjunto cubren toda la nave central .

Ventanas:

La presencia de ventanas bajo la cúpula central aparentemente contradice la necesidad de reforzar el peso para contrarrestar el empuje de la cúpula, pero de hecho, este sistema reduce la aparición de grietas y permite que la cúpula trabaje correctamente como una lámina monolítica.


Arcos de apoyo:

Las cargas de la cúpula se transmiten en primer lugar hacia los pilares y los arcos de contrarresto, que a su vez las transfieren al suelo.


Sistema de contrarrestro:

Los seísmos han producido importantes movimientos en la estructura, lo que obligó a colocar multitud de contrafuertes y estructuras de soporte adicionales.


Contrafuertes:

Los contrafuertes principales son de piedra, no de ladrillo unido con mortero, que hubiera requerido mucho tiempo hasta endurecerse y alcanzar la resistencia necesaria. Al emplear piedra, los trabajos continuaron con mayor rapidez.


Torres:

Las torres sirven de contrafuertes de las fachadas norte y sur a cada lado de los arcos sobre los que se apoya la cúpula central. El peso de la torres neutraliza el empuje lateral de los arcos de contrarresto.


Muro de cerramiento de la nave:

Debajo de los arcos principales, el muro teóricamente no ha de resistir carga alguna, por lo que se pueden abrir múltiples ventanas para iluminar el interior.


Alminares:

Fueron añadidos con la conversión del recinto a mezquita, siguen el estándar.

Interior de la nave:

El espacio central de la nave está cubierto por la enorme cúpula de 32.6 m de diámetro. La luz natural entra a través de las aberturas de la base de la cúpula y por las ventanas del muro de cerramiento.


Galerías interiores:

Las galerías interiores van apoyadas sobre columnas de fustes monolíticos y mármoles de colores. Los capiteles y las arquerías están recubiertas de una profusa decoración esculpida, con motivos vegetales estilizados que llevan el monograma del emperador Justiniano I. La inscripción islámica que hoy la decora se debe al calígrafo del siglo XIX Mustafá Ezzet Efendi.


CONCLUSION:


Hagia Sofia es un edificio que muestra en todo su esplendor el refinamiento artístico e intelectual del Imperio Romano de Oriente; en ella culmina el gusto bizantino por el espacio inmenso, la atmósfera, la luz y el color. Su magnificencia nos recuerda a la ambición de su principal constructor y a lo grandioso de la religión a la cual fue inspirada. Arquitectónicamente se demuestra el tesón de los constructores en no permitir que por ningún motivo sufra daños o se desestabilice, y las soluciones que aplicaron para ello. Los alminares no hacen más que añadir majestuosidad al todo. Santa Sofía puede ser una combinación de lo mejor de los dos mundos de Oriente: lo bizantino y el Islam. 



BIBLIOGRAFIA


GYMPEL, Jan, Historia de la arquitectura, de la Antigüedad a nuestros días, Könemann, Colonia, 1996.


STEVENSON, Neil, Annotated Architecture, Dorling Kindersley, Gran Bretaña, 1997.


Panorama der Weltgeschichte, Band I Urgeschichte und Altertum, Verlagsgruppe Bertelsmann GmbH, Berlín, 1976.