Psicoanálisis del arte.
Sigmund Freud.
1999.
“PSICOANÁLISIS DEL ARTE” DE
SIGMUND FREUD
Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci
Da Vinci fue un homosexual, de los que Freud clasifica
dentro del apartado de la homosexualidad ideal, que llegó a sublimar sus deseos
sexuales a través de la creación artística, y posteriormente, de manera
significativa, en un inmenso apetito por investigar las cosas de la Naturaleza:
“las aportaciones del instinto sexual a la vida anímica de Leonardo quedan
repartidas entre la represión, la fijación y la sublimación” (p. 69). Nacido
ilegítimo, criado durante los primeros cinco años por una madre sumamente
amorosa, su vida libidinosa fue marcada profundamente, ya que el amor de la
madre se convirtió en objeto de deseo y posterior identificación adulta; la
zona erógena bucal recibió una acentuación, la cual preservará y hará notar en
su vida adulta, como en la misma Monna Lisa, cuya enigmática sonrisa asegura
Freud, despertó en el autor una serie de rasgos psíquicos, que ya nunca
abandonaría en su obra.
El Moisés de
Miguel Ángel
Freud afirma que Miguel Angel escogió la figura de Moisés
como símbolo de reproche al papa Julio II, lo mismo que una amonestación para
sí mismo. Para llegar a esta conclusión, se basó en la relación que el artista
y el pontífice habían establecido, y en especial se refiere a las ambiciosas
ideas que el clérigo pretendía llevar a cabo. La escultura de Moisés
representaría a un ser que ha logrado vencer a las propias pasiones, la cólera
y el temperamento, para poder llevar a cabo la tarea que le encomendó Dios.
Ésta sería la manera en que Miguel Angel interpreta el ejemplo del profeta, y
así intenta reprocharle al papa, en su propio sepulcro, la ambición y
pretensión desmedidas que marcaron su vida terrenal, y no las acciones de
carácter piadoso, las cuales estaba obligado a llevar.
El delirio y los
sueños en la <<Gradiva>>
de Jensen
En la obra de Jensen se narra una especie de tratamiento
psiquiátrico para aliviar a Hanold, arqueólogo que presenta todos los síntomas
de vivir en un profundo delirio, cuyo factor detonante fue la aparición de un
bajorrelieve romano al cual llamó Gradiva. Posteriormente, entabla una relación
con una mujer llamada Zoe, la cual se convertirá en el objeto de atención del
delirante y posteriormente logrará salir de aquel estado en que se encuentra.
En su obra, Jensen realiza una suerte de análisis psicoanalítico de sus
protagonistas, sin embargo, como recurso estético y estilístico, no realiza una
crítica a la psiquis de los afectados, sino más bien ahonda en las
particularidades: “descubre en sí mismo lo que otros aprendemos en otros; esto
es las leyes a que la actividad de lo inconsciente tiene que obedecer”, por
medio del relato literario las expone profusamente, de manera estética. Freud
destaca el tema de los sueños del héroe, mismos que determinan la actividad
psíquica del relato: los sueños inconscientes y reprimidos, que lo llevaron
hasta Pompeya misma, y el segundo, más intenso, de tipo erótico, que lo
conducen al deseo carnal en el objeto de su deseo.
Un recuerdo
infantil de Goethe en <<Poesía y
verdad>>
En aquella biografía, el autor alemán relata una
travesura infantil, que consistió en arrojar cacharros y la vajilla casera de
manera indiscriminada. El psicoanalista interpretó aquel recuerdo como la
ocasión en la que el niño Goethe manifestaba vigorosamente su deseo de suprimir
a un objeto o intruso que le resultaba perturbador, en este caso, su pequeño
hermano Hermann Jakob. Según los casos que relata en el resto del ensayo, esta
actitud de arrojar cosas, funciona como símbolo de la insatisfacción y enfado
que significa la llegada de un nuevo componente a la familia, que trae como
consecuencia para el niño la pérdida de la completa y visceral atención que
antes le proveía su madre.
Dostoievski y el
parricidio
Dostoievski manifestó en su vida y en su obra, aquel
fuerte sentimiento de culpa que sentía, por haber deseado la muerte de su
padre. El trauma del asesinato del padre fue algo que no logró superar y
somatizaba algunos rasgos autodestructivos de ello: era un histérico grave, lo
cual se manifestaba en su epilepsia, su personalidad ondulaba entre el
masoquismo y la bondad, el sadismo y genialidad. Freud afirma que era un
homosexual latente, por el tipo de relaciones que llevaba con otros hombres,
algo marcado por el suprimido deseo sentido hacia el padre durante la pubertad.
BIBLIOGRAFÍA
Freud,
Sigmund, “Un recuerdo infantil de Leonardo de Vinci”, “El Moisés de Miguel
Angel”, “El delirio y los sueños en la <<Gradiva>> de Jensen”, “Un recuerdo infantil de Goethe en <<Poesía y verdad>>”, “Dostoievski y el parricidio”,
en Psicoanálisis del arte, Alianza
Editorial, undécima reimpresión, 1998. Trad. de Luis López-Ballesteros y de
Torres.
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