dimarts, de setembre 27, 2016

Colección de apuntes 3

Apunte 3.
Psicoanálisis del arte.
Sigmund Freud.
1999.

“PSICOANÁLISIS DEL ARTE” DE SIGMUND FREUD


Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci



Da Vinci fue un homosexual, de los que Freud clasifica dentro del apartado de la homosexualidad ideal, que llegó a sublimar sus deseos sexuales a través de la creación artística, y posteriormente, de manera significativa, en un inmenso apetito por investigar las cosas de la Naturaleza: “las aportaciones del instinto sexual a la vida anímica de Leonardo quedan repartidas entre la represión, la fijación y la sublimación” (p. 69). Nacido ilegítimo, criado durante los primeros cinco años por una madre sumamente amorosa, su vida libidinosa fue marcada profundamente, ya que el amor de la madre se convirtió en objeto de deseo y posterior identificación adulta; la zona erógena bucal recibió una acentuación, la cual preservará y hará notar en su vida adulta, como en la misma Monna Lisa, cuya enigmática sonrisa asegura Freud, despertó en el autor una serie de rasgos psíquicos, que ya nunca abandonaría en su obra.


El Moisés de Miguel Ángel


Freud afirma que Miguel Angel escogió la figura de Moisés como símbolo de reproche al papa Julio II, lo mismo que una amonestación para sí mismo. Para llegar a esta conclusión, se basó en la relación que el artista y el pontífice habían establecido, y en especial se refiere a las ambiciosas ideas que el clérigo pretendía llevar a cabo. La escultura de Moisés representaría a un ser que ha logrado vencer a las propias pasiones, la cólera y el temperamento, para poder llevar a cabo la tarea que le encomendó Dios. Ésta sería la manera en que Miguel Angel interpreta el ejemplo del profeta, y así intenta reprocharle al papa, en su propio sepulcro, la ambición y pretensión desmedidas que marcaron su vida terrenal, y no las acciones de carácter piadoso, las cuales estaba obligado a llevar.


El delirio y los sueños en la <<Gradiva>> de Jensen

En la obra de Jensen se narra una especie de tratamiento psiquiátrico para aliviar a Hanold, arqueólogo que presenta todos los síntomas de vivir en un profundo delirio, cuyo factor detonante fue la aparición de un bajorrelieve romano al cual llamó Gradiva. Posteriormente, entabla una relación con una mujer llamada Zoe, la cual se convertirá en el objeto de atención del delirante y posteriormente logrará salir de aquel estado en que se encuentra. En su obra, Jensen realiza una suerte de análisis psicoanalítico de sus protagonistas, sin embargo, como recurso estético y estilístico, no realiza una crítica a la psiquis de los afectados, sino más bien ahonda en las particularidades: “descubre en sí mismo lo que otros aprendemos en otros; esto es las leyes a que la actividad de lo inconsciente tiene que obedecer”, por medio del relato literario las expone profusamente, de manera estética. Freud destaca el tema de los sueños del héroe, mismos que determinan la actividad psíquica del relato: los sueños inconscientes y reprimidos, que lo llevaron hasta Pompeya misma, y el segundo, más intenso, de tipo erótico, que lo conducen al deseo carnal en el objeto de su deseo.


Un recuerdo infantil de Goethe en <<Poesía y verdad>>


En aquella biografía, el autor alemán relata una travesura infantil, que consistió en arrojar cacharros y la vajilla casera de manera indiscriminada. El psicoanalista interpretó aquel recuerdo como la ocasión en la que el niño Goethe manifestaba vigorosamente su deseo de suprimir a un objeto o intruso que le resultaba perturbador, en este caso, su pequeño hermano Hermann Jakob. Según los casos que relata en el resto del ensayo, esta actitud de arrojar cosas, funciona como símbolo de la insatisfacción y enfado que significa la llegada de un nuevo componente a la familia, que trae como consecuencia para el niño la pérdida de la completa y visceral atención que antes le proveía su madre.


Dostoievski y el parricidio

Dostoievski manifestó en su vida y en su obra, aquel fuerte sentimiento de culpa que sentía, por haber deseado la muerte de su padre. El trauma del asesinato del padre fue algo que no logró superar y somatizaba algunos rasgos autodestructivos de ello: era un histérico grave, lo cual se manifestaba en su epilepsia, su personalidad ondulaba entre el masoquismo y la bondad, el sadismo y genialidad. Freud afirma que era un homosexual latente, por el tipo de relaciones que llevaba con otros hombres, algo marcado por el suprimido deseo sentido hacia el padre durante la pubertad.

BIBLIOGRAFÍA

Freud, Sigmund, “Un recuerdo infantil de Leonardo de Vinci”, “El Moisés de Miguel Angel”, “El delirio y los sueños en la <<Gradiva>> de Jensen”, “Un recuerdo infantil de Goethe en <<Poesía y verdad>>”, “Dostoievski y el parricidio”, en Psicoanálisis del arte, Alianza Editorial, undécima reimpresión, 1998. Trad. de Luis López-Ballesteros y de Torres.