Foro Trajano.
1999.
ANTECEDENTES
Marcus Ulpius Traianus (53-116 a.C.) nació en el sur de
Hispania en el año 70 a.C., tuvo una ascendente carrera política en el Imperio,
donde ocupo tales cargos como gobernador o cónsul en las provincias de Asia y
Siria. En el año 97 fue designado por el emperador Nerva como su sucesor. En
enero del año 98 se convirtió finalmente en la cabeza política de Roma. Casó
con Pompeia Plotina, con quien no tuvo hijos, aunque adoptó a su sobrino
Adriano. Antes de regresar a la capital para aceptar el cargo, permaneció
durante una temporada en el área fronteriza de la Germania, para asegurarse que
se cumpliera con la disciplina y orden en esa parte del imperio. Al regresar a
Roma emprendió una serie de medidas de corte social para aliviar la situación de
los pobres y desamparados. Es famoso por sus exitosas campañas militares y de
expansión territorial; bajo su liderazgo el Imperio alcanzó los Cárpatos y
Mesopotamia.
Trajano puso en marcha o promovió
muchas obras públicas en las distintas provincias imperiales, entre sus ideas
destacan: acueductos, caminos, edificios, puentes, puertos y saneamiento de
zonas pantanosas. Roma se benefició particularmente por las disposiciones del
emperador: se erigió un nuevo acueducto que proveía de agua desde el norte; se
levantó un complejo de baños; y finalmente se construyó el famoso Foro, obra
del arquitecto Apolodoro de Damasco, obra realizada en parte gracias al botín
obtenido en su conquista de Dacia.
Apolodoro de Damasco. Responsable de las obras llevadas a
cabo en el centro de Roma por órdenes de Trajano. Ingeniero educado en las escuelas
militares del Imperio, proveniente de las provincias orientales, que construyó
el puente de madera que ayudó a las tropas imperiales en la captura de Dacia.
Sobre los relieves de la Columna Trajana se plasmó también su obra. Bajo su
responsabilidad se realizó el Foro Trajano, que muestra la gloria y poderío que
alcanzó Roma durante el gobierno del mencionado emperador. Además del foro, se
le atribuyen otras obras: un odeón, un circo y un gimnasio, además del puerto
de Ostia.
EL FORO
Muchas sociedades en su camino a la
urbanización crearon espacios o locaciones específicas para reunirse, comerciar
o legislar, en Atenas todo esto se llevaba a cabo en el agora, mientras que en Roma se desarrolló el foro. El foro
era un atributo esencial de toda ciudad romana no importando donde o como se
desarrollaban. Durante la República los foros tendían a ser de planta irregular
y abiertos, pero luego se regularizó y se definió como un lugar rodeado de
columnas. Cada ciudad romana construyó un foro de acuerdo a su número de
habitantes y posibilidades.
Este sitio era el punto medular de
la ciudad: aquí se realizaban las actividades comerciales, se hacían diversas
prácticas devocionales o religiosas en los templos, se reunían la Asamblea y el
Senado y se localizaban las cortes. Era un lugar donde convivían todos los
estratos sociales, desde senadores hasta mendigos; se informaba de los
acontecimientos de la ciudad; y se escuchaban o intercambiaban ideas o
productos. Ciertamente era el foro romano el centro del mundo.
EL FORO TRAJANO
Sólo se conservan algunos vestigios
de la construcción de mármol conocida como Foro Trajano, que fue el mayor
construído en la antigua capital imperial. Hasta el año 800 fue el centro de la
vida romana, pero tan solo un año después sufrió daños muy graves a causa de un
terremoto. Los restos fueron utilizados posteriormente por los caleros. Una
maqueta realizada en los tiempos de Septimio Severo (ca. 205 d.C.) aporta
información vital para saber como era originalmente, además la famosa moneda
romana, el denario, representó muchos de los edificios que conformaban el foro.
Ubicado al noroeste de los foros
imperiales; aquellos de César, Augusto, Nerva y Vespasiano; se construyó entre
los años 107 al 112, año de su inauguración. Trajano tuvo la idea de construir
un amplio espacio público al pie de la colina del Quirinal, la superficie de
este espacio llegaría a ser del tamaño en conjunto de los foros anteriores:
300m de largo por 190 de ancho. El plan general era simple: el foro ocuparía un
enorme espacio columnado ocupante de tres cuartas partes de todo el diseño,
mismo que se basaba en el modelo convencional excepto que ahora una cuarta
parte, generalmente ocupada por un templo, sería cerrada por una gran basílica.
Para su construcción se expropiaron
una serie de terrenos densamente poblados, además se llevó a cabo una
escrupulosa explanación y nivelación del territorio, esto es, preparar la parte
sur de la colina para acoger la nueva construcción; se concibió como una gran
plaza pública sobre un eje este-oeste y como material se utilizó enteramente
mármol de Carrara.
La entrada se localizaba del lado oeste del Foro de Augusto; tenía
tres arcos de triunfo yuxtapuestos, formando un arco circular. En su parte
superior se hallaba una cuadriga de bronce que conducía el emperador. Al
acceder estas puertas triunfales, se estaba sobre una gran plaza pública de 116 x 95 m de extensión. La plaza se conformaba
por baldosas y se encontraba rodeada de pórticos con columnas de mármol blanco.
En el centro de esta plaza se alzaba la estatua ecuestre de Trajano.
Al norte se hallan los mercados de Trajano, construcción de
seis pisos, construída sobre tres niveles, adosada a la colina del Quirinal,
que servía como el área comercial; que podía contener ciento cincuenta tiendas
y oficinas. Su arquitectura es funcional, esta compuesto por una serie de
módulos, ya sean de planta cuadrada o rectangular. Cada módulo contaba con una
entrada muy amplia, lo que permitía que el espacio se utilizara de acuerdo a la
conveniencia del usuario. Aquí se expedían principalmente productos de la
“canasta” o abasto básico: alimentos, especias, flores, frutas, etc. Contaba en
el ultimo con un acueducto, lo que permitía la conservación de lo ahí expedido.
Al fondo de la plaza del foro, se
observa una gran construcción transversal que cuenta con tres entradas: la Basílica Ulpiana (del gentilicio del
emperado: Marcus Ulpius Traianus o
Trajanus). Otrora medía aproximadamente ciento sesenta y cinco metros de
longitud, su interior alcanzaba 104 x 52 m, lo que la convertía en la basílica
más grande de Roma. De acuerdo a las fuentes, tenía columnas pareadas que
sostenían un entablamento ricamente trabajado con relieve. Cada nave tenía un
ábside, asimismo columnas y pilares de mármol. Las galerías superiores estaban
cubiertas con artesonados y tejas de bronce.
En la parte trasera de la Basílica
se abría una plaza pequeña que conducía a la Columna de Trajano: monumento de cuarenta metros de altura, hecho
enteramente en mármol, coronado por una estatua colosal (perdida) de bronce
dorado del mencionado emperador, mismo que portaba una coraza. Con este
monumento se conmemora la brillante victoria en las campañas contra los dacios.
Toda la columna se encuentra trabajada en bajorrelieve y estaba policromado;
constituye una extraordinaria narración concebida como un enorme volumen, que
sirve de fuente para conocer más acerca de las maneras y métodos romanos, en el
ámbito de la guerra. En ella se distinguen algunas estrategias que seguían los
romanos, el famoso puente sobre el Danubio, y lo cruento de la guerra: los
vencidos dacios fueron condenados al exilio y/o vendidos como esclavos. La
columna también sirve de monumento funerario, ya que en su base fueron
colocadas las cenizas de Trajano, mismas que fueron transportadas desde Asia
Menor por Adriano, hijo adoptivo y heredero en el trono de Trajano.
Sobre este mismo patio se alzaban
dos bibliotecas (como en el Templo de
la Paz del Foro Vespasiano): una en latín y otra en griego. Las dos salas
medían aproximadamente 30 m de longitud cada una, y contenían dos niveles de
columnas del orden corintio en su interior. Ambas pudieron haber estado
cubiertas de bóvedas de crucero, tal y como sucedía en las basílicas y termas
romanas.
Detrás de este complejo se hallaba
una gran explanada semicircular rodeada de pórticos, y sobre ella se hallaba un
templo, originalmente consagrado a
Júpiter, que a la muerte del emperador fue dedicado a su memoria. Se indica que
era un santuario octóstilo emplazado en la línea formada por la cuadriga de la
entrada triunfal, la estatua ecuestre en medio del patio, el eje de simetría de
la Basílica Ulpiana y finalmente la Columna Trajana. Dentro del templo debió
estar la estatua del soberano, el Divus Trajanus, entronizado a la manera de
Júpiter, en la cella.
CONCLUSIONES
Sin duda la majestuosidad y
funcionalidad del Foro Trajano fueron los factores determinantes que justifican
su posición, aun tras los problemas durante los primeros siglos de la Edad
Media, y hasta su destrucción, como centro de la vida en la ciudad eterna.
Trajano mostró la visión que tenía para Roma como capital de un vasto imperio
(y de sí mismo), y Apolodoro fue la persona que supo interpretarla.
Como lugar de reunión, el foro
demuestra la conjunción de las funciones que dan vida a una comunidad, la
solución arquitectónica que las entrelaza a todas, y la idea llevada a su
máxima expresión del antiguo ágora de la cultura griega.
BIBLIOGRAFIA
CUNLIFFE,
Barry, Rome and her Empire,
McGraw-Hill, Ludwigsburg, Alemania, 1976.
FRIEDLÄNDER, I, La sociedad romana – Historia de las costumbres en Roma, desde Augusto
hasta los Antoninos. Fondo de Cultura Económica, México, reimpresión 1984.
Trad. de Wenceslao Roces.
Panorama der Weltgeschichte – Urgeschichte und
Altertum, Tomo I, Verlagsgruppe Bertelsmann GmbH, Berlín,
1976.
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