Wassily Kandinsky, extractos de De lo espiritual en el arte
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Antecedentes
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Wassily Kandinsky (1866-1944) fue uno de los artistas y teóricos más importantes del siglo XX. Era originario de Rusia, pero su carrera se desarrolló principalmente en Alemania y Francia (se naturalizó francés en 1937). Fue el líder espiritual de más de una corriente artística. Era un hombre de una cultura extensa y un gran poder intelectual. Debido a su experiencia en los diferentes países en los que vivió, le eran familiares las corrientes de pensamiento de toda Europa, con un interés especial en filosofía, religión, poesía y música. Una preocupación importante en la búsqueda de Kandinsky era encontrar una base espiritual común en todas las artes, cosa que lo llevó a experimentar y encontrar equivalentes entre sonido y color, con el sueño de lograr una cohesión de la forma, que pudiera tener efectos físicos así como psicológicos en el espectador.
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Su libro "De lo espiritual en el arte" sigue siendo el documento medular sobre el arte abstracto. En tanto contribución a la teoría del arte, trata dos aspectos: "el gran realismo" (ejemplificado por la simplicidad de Henri Rousseau) y "la gran abstracción" (ilustrada en su propia obra) encaminándose hacia una meta: la expresión del significado interno del propio artista, ya que la forma en sí no es significativa a menos de que la expresión interna del creador pueda salir a flote.
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Acción del Color
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El texto inicia con una reflexión acerca del color y sus efectos, entonces, una paleta de color puede producir en el ojo dos efectos:
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o El efecto meramente "retinal" en el que el ojo 'siente' el color, sus mecanismos como estímulo, sus propiedades, la excitación que le produce al ojo su matiz y el reflejo de luz. Sin embargo, el producto de la experimentación del color es posible que remita a una impresión positiva de excitación o bien, de tranquilidad; al tratarse de algo físico (el contacto del ojo con el color), el efecto es generalmente superficial y de corta duración.
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Además, toda vez que estamos expuestos a estímulos de color todo el tiempo, la intensidad con que reaccionamos al color, será directamente proporcional a la sensibilidad de cada persona hacia los estímulos expuestos. El artista, maneja aún desde la "retinicidad" el concepto de alma en el espectador y como los efectos del color tienen impacto en ésta.
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o El efecto psicológico del color provoca una vibración psíquica. Este es el fin en el que se basa la experiencia retinal: que llegue al alma, que al estar ligada al cuerpo, pueda una emoción en el alma causar otra sobre el cuerpo. El color provoca una reacción que no siempre es predecible, pues si fuera así, sería muy sencillo asociar los efectos del color sobre los sentidos además del de la vista, debido a que éstos se encuentran muy interrelacionados. Los colores nos pueden remitir a emociones, pero también a texturas. Esa sensación es la que determina la diferencia de los colores, entre los tonos cálidos y los tonos fríos.
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El Lenguaje de las Formas y los Colores
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Al igual que los colores, la música tiene acceso directo hasta el alma, ya que más que llevar la música dentro, ésta es parte de nuestra existencia desde antes de nacer. En general, todas las artes tienen gran afinidad, y hablando específicamente de la pintura, el artista propone que para llegar al sentido abstracto del término pintura y realizar una composición pictórica pura, hay dos caminos que tienen que recorrerse:
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1. El color
2. La forma
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La forma puede existir en sí misma (es interesante que Kandinsky no haya hecho una reflexión sobre el contenido, especialmente por la re-concepción de la estética que con él se inicio).
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El color, por otra parte no puede existir solo, depende siempre de una delimitación, no puede el color extenderse ilimitadamente.
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Al hacer una asociación entre la idea de color y sonido, el autor infiere (y él mismo aclara que sus postulados son empiricistas) que hay una concordancia entre el primero y el segundo. O sea, los colores pueden tener un sonido. Este sonido interior, como el de cualquier instrumento musical.
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Las relaciones necesarias entre el color y la forma pueden llevar a poder examinar los efectos que la forma ejerce sobre el color. La forma, aún cuando sea abstracta o geométrica, posee su propio sonido interior; es un ser espiritual dotado de cualidades idénticas a las de la forma.
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La forma es esencialmente la delimitación de una superficie por otra superficie, además el autor argumenta, que todo fondo externo, tiene un elemento interno.
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Como se notó en los antecedentes, Kandinsky hace un juicio profundo acerca de las formas realistas y de las abstractas, teniendo una predilección por estas últimas, o sea, la expresión de elementos que no son objetos reales. Sin embargo, para el autor es importante notar que estos dos tipos de formas generalmente coexisten. Por otro lado, la mimesis como tal, si quiere alcanzar el concepto de arte, debe iniciar de lo que el autor llama una composición literaria. La composición puramente pictórica tiene, en cuanto a la forma, un doble fin:
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1. La composición del conjunto del cuadro
2. La elaboración de diversas formas subordinadas al conjunto, que se combinan entre sí.
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La conclusión acerca de las formas, se da en el sentido de los componentes de la forma y su relación con la sonoridad, o sea, el elemento orgánico puede sostener al elemento abstracto (por asonancia o disonancia) o inversamente, disimularlo. El objeto sólo puede producir un sonido accidental. Otro objeto puede sustituirlo sin provocar una modificación esencial de la nota fundamental.
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En la concepción del elemento abstracto, Kandinsky expresa, que no debe esperarse del espectador una familiarización inmediata con los elementos de forma abstractos y solamente así puede llegar a percibir sus sutilezas, llegando a la idea de que no hay “deber ser” dentro del arte, debiendo este ser libre y al ser cada vez más abstracto, éste será cada vez más “difícil” de interpretación así como de análisis.
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La última parte del capítulo, el artista determina que la evolución de las formas se da por el principio de la necesidad interior, que se origina de 3 elementos:
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1. Expresión de la propia persona artística
2. Cada artista debe expresar lo propio de su época
3. Se debe expresar lo que en general es propio del arte
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El tercer elemento es el que quedará para siempre, es el elemento puro, en el que encontrará la obra al alma de sus contemporáneos. Sin embargo, mientras más elementos particulares del artista y de su época posea una obra “actual”, más fácilmente encontrará acceso al alma de sus contemporáneos. Cuando predomine el elemento eterno y puro, difícilmente encontrará acceso al alma de sus contemporáneos.
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Además de una demostración práctica de la teoría de los colores, Kandinsky nos ofrece su experiencia en algunos puntos sobre teoría del arte. Comenta que las “reglas” al hacer obras de arte es la única forma de llegar a expresar la necesidad interna y “mística” esencial para una obra; los procedimientos se deben seguir, como “algo sagrado” y ser justificados por esa necesidad interior. Es determinante su postura acerca de que la teoría no debe preceder nunca a la práctica dentro del arte, porque es solo por medio de la sensibilidad que puede llegar a expresarse.
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La espiritualidad es un elemento común en el discurso de Kandinsky. Para él, es un elemento de la necesidad interior que debe desarrollarse por medio del ejercicio del mismo. Este es entonces, el punto de partida, y después al venir los elementos materiales ya puede hacerse un análisis del color, en la que se realizan dos grandes divisiones:
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1. La calidez o frialdad del tono coloreado
2. La claridad o la oscuridad del tono
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Los tonos de color son vistos con “sonidos” y “resonancias”. Consecuentemente, afirma que la armonización sobre la base del color aislado es lo menos conveniente para “nuestra época” debido a que la armonía descansa sobre la ley de los contrastes y ésta es la ley que debe ser más preponderante en nuestros días.
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Como conclusión, el autor se presenta como uno de los primeros en intuir que las formas pueden tener un poder espiritual, o sea, además de la visión del artista y con la imaginación creadora de este, el resultado podía ser la contemplación, que de hecho "suena" un poco nostálgica, ya que especialmente Kandinsky "retrata" además de su época, su espíritu. Al leer el texto, me dio la sensación de estar leyendo música o poesía, como si los colores y su teoría fueran el resultado de una fórmula mágica que el propio artista descubrió a través de su experimentación y de su obra y la experiencia que te deja leer un texto así, es que se trataba no solo de un creador, sino de un gran empírico y pensador de su tiempo.